Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) han invertido profundamente en retratarse como un estado progresista, tolerante y respetuoso de los derechos humanos. Sin embargo, esta estrategia, al igual que en otros países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), choca con una realidad en la que activistas y disidentes son detenidos y juzgados por ejercer sus derechos a la libertad de expresión y asociación. El reciente juicio injusto de 84 personas por cargos relacionados con la creación de un grupo de defensa independiente en 2010, el Comité de Justicia y Dignidad, es el último ejemplo de ello.
Los cargos se presentaron contra los acusados en diciembre de 2023 bajo la abusiva ley antiterrorista de 2014 del país y las audiencias comenzaron en marzo de 2024. En una publicación reciente de Human Rights Watch, salieron a la luz detalles del juicio y el trato recibido por los acusados. La conclusión es clara: las violaciones del debido proceso y las acusaciones de maltrato caracterizan el proceso.
Las preocupaciones sobre el debido proceso se refieren fundamentalmente al hecho de que las autoridades emiratíes no han proporcionado a los abogados acceso libre a los archivos del caso y a información básica sobre el juicio. En este sentido, se ha observado que los abogados de los acusados no pudieron obtener copias físicas o electrónicas de los documentos judiciales. En su lugar, solo pudieron verlos en una pantalla en presencia y supervisión de funcionarios de seguridad y tomar notas a mano al respecto. Además, los familiares de los acusados también han expresado una preocupación seria sobre la parcialidad del juez presidente, quien supuestamente está dirigiendo el testimonio de los testigos al poner frases en boca de los mismos.
Además, debido al secreto que rodea el juicio, a los familiares de los acusados se les niega recurrentemente la entrada a la sala del tribunal y los abogados están impedidos de compartir detalles del caso con ellos. No solo eso, sino que la información básica sobre el caso, como todos los nombres de los acusados, aún no ha sido divulgada por las autoridades emiratíes al público en general. Lo que se sabe es que Ahmed Mansoor, Nasser bin Ghaith y Khalaf al-Romaithi, activistas y disidentes prominentes que ya cumplen largas penas de prisión, están entre los juzgados. Además, se cuenta que al menos 60 de los acusados ya fueron condenados en julio de 2013 en el juicio UAE94 por cargos relacionados con el ejercicio de la libertad de expresión, asociación y reunión, una proporción significativa de ellos detenidos arbitrariamente más allá de la finalización de su sentencia. Además, uno de los detenidos de UAE94 que ahora enfrenta nuevos cargos por «establecer y gestionar una organización terrorista clandestina (…) conocida como el ‘Comité de Justicia y Dignidad'», ya fue condenado por su participación con el Comité en el pasado. Esto indica que las autoridades de los EAU podrían estar violando el principio de doble incriminación, que prohíbe juzgar a las personas dos veces por el mismo delito una vez que han recibido el veredicto final.
Las condiciones de detención abusivas que sufren los acusados representan otra área de preocupación. Según Human Rights Watch, muchos de ellos han sido mantenidos en confinamiento solitario incomunicado durante al menos 10 meses. De manera similar, uno de los acusados le dijo al juez que estuvo detenido en régimen de incomunicación durante 2 años y que el personal de seguridad lo había agredido recurrentemente. Otro acusado afirmó que durante un confinamiento solitario de una semana, lo mantuvieron desnudo. Por otro lado, excepto por breves llamadas en diciembre de 2023 destinadas a informar a los familiares sobre el nuevo caso contra sus parientes, los acusados no pudieron recibir llamadas telefónicas ni visitas familiares durante un período que varió entre 10 meses y un año.
Una vez iniciado el proceso judicial, las deplorables condiciones de detención incluyeron agresiones físicas, falta de acceso a atención médica y medicamentos recetados, música fuerte persistente durante los períodos de descanso y sueño, y desnudez forzada.
Este nuevo juicio masivo, que en palabras del subdirector para Medio Oriente y Norte de África de Human Rights Watch «parece nada más que un pretexto descarado para mantener a estos hombres tras las rejas», constituye otro obstáculo en el camino de los EAU para mejorar su desalentador historial de derechos humanos. El Centro Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos insta a las autoridades emiratíes a investigar las supuestas condiciones abusivas y a poner fin a los abusos sufridos por los activistas de derechos humanos en el país.