El jeque Abduljalil Al-Muqdad es un destacado clérigo religioso y activista político bahreiní de 62 años que cumple cadena perpetua en la prisión de Jau desde 2011, cuando fue detenido sin orden judicial y de forma violenta en relación con las manifestaciones prodemocráticas en el país.
El 27 de marzo de 2011, agentes de seguridad que no se identificaron allanaron la casa del jeque Abduljalil a las 3 de la mañana, apuntándole con armas. Lo sacaron de su habitación, lo amenazaron y le ataron las manos a la espalda en el pasillo de la casa mientras lo registraban. Los agentes no presentaron las órdenes de detención y registro. Después, lo sacaron a la calle descalzo a pesar de que le dolía el pie izquierdo debido a una herida. Metieron al jeque Abduljalil en el coche, le vendaron los ojos y lo llevaron a un lugar desconocido.
Cuando lo sacaron del coche lo abofetearon y luego los agentes lo interrogaron hasta tarde por la noche. Por la mañana lo llevaron a la prisión de Al Qurain. No le permitieron ponerse en contacto con un abogado y sólo le permitieron llamar a su familia para pedir ropa nueva.
En la prisión y durante el interrogatorio, los agentes torturaron brutalmente al jeque Abduljalil. Lo golpearon, lo insultaron, lo pusieron en el suelo y lo azotaron con un cinturón de cuero o con una suela después de echarle agua. Uno de los oficiales le obligó a abrir la boca, escupió en ella y le obligó a tragar. Estas violaciones continuaron en la Fiscalía Militar, donde los agentes le vendaron los ojos y le golpearon en la cabeza. En la Agencia de Seguridad Nacional, los agentes también agredieron verbalmente al jeque Abduljalil, le vendaron los ojos y lo agredieron sexualmente, y lo insultaron a él, a su familia y a su secta religiosa.
El 22 de junio de 2011, el Tribunal de Seguridad Nacional condenó a Sheij Abduljalil a cadena perpetua por intentar derrocar el régimen. Tanto el Tribunal de Apelación militar como el civil confirmaron la condena el 28 de septiembre de 2011 y el 4 de septiembre de 2012, respectivamente.
Durante el encarcelamiento, los oficiales continuaron maltratándolo, principalmente mediante negligencia médica intencionada. El jeque Abduljalil, que sigue sufriendo dolores en la pierna, también se ha visto obligado a soportar dolores de espalda y no ha recibido un tratamiento serio ni ha obtenido un diagnóstico preciso a pesar de sus constantes demandas. Además, el jeque Abduljalil ha sufrido fuertes y persistentes dolores de cabeza que tampoco han recibido tratamiento.
Recientemente, en septiembre de 2022, el Sheikh Abduljalil fue trasladado a un centro médico externo en un vehículo que no estaba equipado con aire acondicionado a pesar de la temperatura extrema que hacía en ese momento. Sufría dolor de cabeza, tenía dificultades para respirar y temía perder el conocimiento.
El 27 de septiembre de 2022, Sheikh Abduljalil debía ser trasladado de nuevo desde la prisión de Jau para una cita médica externa. Sin embargo, justo antes de la cita, un funcionario le informó de que no habría ningún médico presente. En consecuencia, Sheikh Abduljalil se negó a acudir a la cita. Los agentes le dijeron que tenía que firmar una declaración en la que manifestaba que rechazaba el tratamiento médico, a lo que Sheikh Abduljalil se negó. Su negativa fue recibida con una respuesta agresiva por parte de algunos agentes, que lo agredieron verbalmente; aproximadamente 4 o 5 agentes intentaron golpearlo, pero fueron detenidos por otros agentes.
Cuando este incidente se hizo público, con partidarios dentro y fuera de la prisión expresando su solidaridad con el jeque Abduljalil, las autoridades buscaron vengarse de él en lugar de iniciar investigaciones imparciales para exigir responsabilidades a los agentes. El jeque Abduljalil fue llevado a la fiscalía para ser interrogado como agresor y no como víctima. También le quitaron una tabla de madera sobre la que suele dormir para aliviar el dolor, como forma de represalia.
La negligencia médica y los malos tratos sufridos por Sheikh Abduljalil durante su encarcelamiento constituyen una violación de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos de las Naciones Unidas. Además, Bahréin también ha violado los tratados internacionales que el país ha ratificado, entre ellos la Convención contra la Tortura y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que estipulan que los presos deben ser tratados con dignidad. Por último, la detención y el encarcelamiento iniciales del jeque Abduljalil en relación con su activismo político, junto con las violaciones que sufrió durante el interrogatorio y el juicio ante un tribunal militar, hacen que se encuentre detenido arbitrariamente.
En estas circunstancias, la ADHRB pide la liberación inmediata e incondicional del jeque Abduljalil y de otros presos políticos. Además, ADHRB urge a las autoridades a proporcionar tratamiento médico adecuado y condiciones sanitarias en prisión, además de investigar de forma efectiva los incidentes de maltrato y represalias.