Ahmed Jasim Mohamed fue detenido sin orden judicial en 2017, torturado y condenado a cadena perpetua en un juicio injusto. Actualmente cumple condena en la prisión de Jau y permanece incomunicado desde agosto.
El 13 de julio de 2017, la casa de Ahmed fue rodeada por al menos 10 jeeps blindados a las 3 de la mañana, y fuerzas antidisturbios y agentes vestidos de civil forzaron la entrada en la casa sin orden de registro ni de detención. Grabaron en vídeo el registro y confiscaron efectos personales. Detuvieron a Ahmed y a su primo, y luego sólo liberaron a éste. Dos horas después de su detención, Ahmed llamó a su familia para decirles que estaba en la Dirección de Investigación Criminal (DIC).
Metieron a Ahmed en una celda con otros detenidos y les obligaron a quitarse la ropa. Los agentes procedieron a golpearlos, patearlos e insultarlos. No se permitió al abogado de Ahmed asistir al interrogatorio, y Ahmed acabó confesando bajo tortura, y su confesión fue retransmitida por la televisión nacional. Estuvo desaparecido forzosamente durante dos semanas tras su detención, tras lo cual llamó a su familia y les informó de que lo habían trasladado al Centro de Detención del Dique Seco. Dos meses después de la detención, Ahmed pudo reunirse con su familia por primera vez, y las huellas de tortura seguían siendo evidentes en distintas partes de su cuerpo.
Ahmed fue condenado a cadena perpetua por financiación del terrorismo. Durante su traslado a la prisión de Jau, los guardias penitenciarios le golpearon y le escupieron al entrar. En prisión, Ahmed ha sufrido negligencia médica durante un brote de sarna en 2019, en el que los presos eran amenazados cuando solicitaban ser llevados a la clínica y no recibían medicación eficaz ni siquiera cuando eran llevados a la clínica. La administración no permitió que le trajeran productos higiénicos ni ropa de algodón para aliviar su estado. Aunque antes de su encarcelamiento gozaba de buena salud, ahora padece otras enfermedades. Desde el 25 de agosto de 2022, se ha cortado el contacto de Ahmed con su familia, que no sabe nada de su situación a pesar de las súplicas dirigidas a las autoridades.
La detención sin orden judicial, la tortura y el juicio injusto de Ahmed constituyen una violación directa del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y de la Convención contra la Tortura, de los que Bahréin es signatario. Por ello, la ADHRB exige que Ahmed sea puesto en libertad de inmediato y sin condiciones y que se investiguen imparcialmente sus denuncias de tortura para que los responsables rindan cuentas.