Hasan Abdulla Ahmed sólo tenía 19 años cuando fue detenido sin motivo ni orden judicial. Actualmente se encuentra recluido en la prisión de Jau, donde padece diversas dolencias en medio de la negligencia médica y la ambigüedad a manos de la administración.
El 31 de julio de 2014, Hasan se dirigía a La Meca para realizar la Umrah cuando fue detenido por agentes vestidos de civil durante un registro en Bahréin en la Calzada del Rey Fahd. Las autoridades no presentaron ninguna orden de detención y no se indicó el motivo de la misma.
Hasan estuvo desaparecido por la fuerza durante una semana después de su llamada el día de su detención, durante la cual fue interrogado. Aunque Hasan no reveló los detalles de su maltrato por miedo, ya que sus llamadas están vigiladas, le habían golpeado por todo el cuerpo, especialmente en la espalda, lo que le llevó a desarrollar una enfermedad discal y a tener que ser trasladado al hospital tras perder el conocimiento. Hasan acabó confesando los cargos que se le imputaban bajo tortura. Hasan sólo pudo ponerse en contacto con su abogado dos meses después de su detención y se reunió con su familia tras su traslado al Centro de Detención del Dique Seco. Hasan fue acusado de tarjetas fraudulentas y fabricación de explosivos, y fue condenado a 27 años de prisión y a una multa de 2.000 dinares bahreiníes.
A principios de noviembre, Hasan fue trasladado al Hospital Salmaniya para extirparle y hacerle una biopsia de los ganglios inflamados que se le encontraron por todo el cuerpo y que habían aparecido en 2019, y para tratar su anemia falciforme, que requiere frecuentes transfusiones de sangre. Hasan también sufría una bajada de los niveles de oxígeno y una infección pulmonar; antes de su detención gozaba de buena salud. Hasan se sometió a una operación para extraer una muestra de las glándulas, después de que los médicos se mostraran reticentes a extraerlas debido a su tamaño. Sin embargo, Hasan fue devuelto a la cárcel antes de que llegaran los resultados de la biopsia, y su familia se enteró de ello a través del personal del hospital después de que llamaran a éste cuando Hasan no llamó a la hora prevista. Esto ocurrió a pesar de que los médicos estaban preocupados por las glándulas de su pecho e indicaron que había que encontrar una solución. Se suponía que Hasan volvería al hospital para ser operado de nuevo el 20 de diciembre, pero hasta ahora no ha llamado a su familia para confirmarlo. A Hasan se le ha negado el tratamiento en varias ocasiones a lo largo de su encarcelamiento, donde indicó que su programa de tratamiento fue suspendido sin razón alguna en el hospital militar el 13 de octubre de 2019.
El trato de las autoridades bahreiníes a Hasan, desde su detención arbitraria y sin orden judicial, la denegación de un juicio justo y de los derechos al debido proceso, hasta su tortura y malos tratos, constituyen todas ellas violaciones de las obligaciones de Bahréin en virtud de la Constitución y de los tratados internacionales, concretamente la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR). Por lo tanto, la ADHRB insta a las autoridades a conceder a Hasan un nuevo juicio que respete las normas internacionales de un juicio justo. Por último, la ADHRB hace un llamamiento a las autoridades para que investiguen urgentemente las denuncias de malos tratos y tortura con el fin de que los agentes responsables rindan cuentas y para que garanticen que Hasan reciba el tratamiento oportuno para su enfermedad discal, la anemia de células falciformes y la inflamación de los ganglios, al tiempo que mantienen a su familia informada de su estado y paradero.