Sayed Ahmed Hadi Hasan era un estudiante bahreiní de 20 años que cursaba su primer semestre en la Universidad de Bahréin con la esperanza de convertirse en electricista industrial, cuando fue detenido en la zona de AlGhuraifa. Desde su detención, Sayed Ahmed ha sufrido tortura y discriminación religiosa a manos de las autoridades bahreiníes. Permanece en el Centro de Detención del Dique Seco, a la espera de que se dicte sentencia sobre su caso.
El 1 de octubre de 2020, a las 12:00 horas, unos agentes vestidos de civil detuvieron a Sayed Ahmed en un puesto de control de AlGhuraifa, sin presentar una orden judicial, mientras iba con su amigo en un coche de camino a casa de su abuelo. Los agentes que lo detuvieron no mencionaron ningún motivo para la detención de Sayed Ahmed, que nunca había sido citado ni detenido antes y cuyos antecedentes penales estaban limpios.
Desde el momento de su detención, al mediodía, hasta las 12:00 horas, los padres de Sayed Ahmed no tuvieron noticias de él y no supieron de su paradero ni de su suerte. A medianoche, las autoridades llamaron a los padres de Sayed Ahmed, informándoles de que estaba en el CID, y le permitieron hablar con ellos durante cinco minutos. Inmediatamente después de esa llamada, la policía allanó la casa de la familia de Sayed Ahmed en Salmabad.
En el CID, Sayed Ahmed fue interrogado durante una semana sin su abogado. Tras su detención y durante el periodo de interrogatorio, los agentes del CID, los policías y los agentes vestidos de civil amenazaron y torturaron a Sayed Ahmed despojándolo de su ropa, propinándole fuertes palizas, descargas eléctricas y golpes con porras. Lo maldijeron, lo insultaron y apuntaron a su secta religiosa y a sus figuras prominentes. Sayed Ahmed fue obligado a proporcionar confesiones falsas firmando declaraciones en las que aceptaba los cargos que se le imputaban. A Sayed Ahmed no se le permitió defenderse ni dormir durante toda la semana. A pesar de solicitar ver a un médico, no se le examinó ni se le proporcionó ningún tratamiento tras la tortura.
El 7 de octubre de 2020, Sayed Ahmed fue presentado ante la Fiscalía, donde se le acusó de 1) adhesión a una célula terrorista; 2) posesión, adquisición y fabricación de artefactos explosivos con la intención de cometer delitos de terrorismo; 3) entrenamiento en el uso de armas y explosivos con la intención de cometer delitos de terrorismo; 4) utilización intencionada de explosivos para poner en peligro la vida y el dinero de personas, y 5) recepción, entrega y transferencia de fondos destinados a apoyar a un grupo terrorista. Sin embargo, más de un año después de su detención, aún no se ha dictado su sentencia, ya que las sesiones del tribunal se han aplazado repetidamente, y la próxima sesión está prevista para el 22 de diciembre de 2021.
Desde su detención, a Sayed Ahmed no se le ha permitido comunicarse con su abogado y, por tanto, no ha podido prepararse adecuadamente para su juicio. Además, durante las sesiones del juicio, no se le ha permitido presentar pruebas ni impugnar las presentadas contra él en el tribunal, incluidas las confesiones y firmas obtenidas bajo coacción y tortura. Desde su detención hace casi un año, Sayed Ahmed no ha podido reunirse con sus padres debido a las restricciones relacionadas con la COVID-19. Además, en septiembre de 2021, las autoridades penitenciarias le impidieron llamar a su familia durante toda una semana. Mientras espera que se dicte sentencia sobre su caso, Sayed Ahmed permanece en el Centro de Detención del Dique Seco, donde se enfrenta a un trato discriminatorio por su pertenencia a la secta chiíta de los Jaafari.
El trato que las autoridades bahreiníes dispensan a Sayed Ahmed, desde su detención arbitraria y sin orden judicial, pasando por la denegación del derecho a un juicio justo y a las debidas garantías procesales, hasta la tortura y los malos tratos, y la discriminación religiosa, constituyen violaciones de las obligaciones que incumben a Bahréin en virtud de la Constitución del país y de los tratados internacionales, concretamente la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR). Por lo tanto, la ADHRB insta a las autoridades a suspender inmediatamente el juicio de Sayed Ahmed, ya que se basa en cargos inventados y confesiones falsas extraídas bajo coacción. Por último, la ADHRB hace un llamamiento a las autoridades para que investiguen urgentemente las denuncias de tortura con el fin de que los agentes responsables rindan cuentas.