Sayed Mujtaba Alawi AlKhabbaz, estudiante universitario del primer semestre de ingeniería informática, tenía sólo 17 años cuando fue detenido sin orden judicial en Ghuraifa. Desde entonces, Sayed ha sido sometido a graves torturas y malos tratos a manos de las autoridades bahreiníes, que le han privado de la posibilidad de completar sus estudios superiores. Sayed, que nunca había sido citado ni detenido, permanece en el Centro de Detención del Dique Seco, a la espera de que se dicte sentencia sobre su caso.
El 1 de octubre de 2020, una semana antes de que cumpliera 18 años, las patrullas de seguridad rodearon a Sayed Mujtaba mientras estaba con un amigo en Ghuraifa. Agentes vestidos de civil, así como agentes del Ministerio del Interior, entre los que se encontraban policías antidisturbios, fuerzas de seguridad y agentes de la policía judicial, detuvieron a Sayed sin mencionar el motivo de la detención ni presentar una orden de arresto. Sayed Mujtaba fue trasladado al edificio de investigaciones especiales del aeropuerto, donde fue retenido e interrogado sin su abogado durante 10 días. A continuación, fue llevado al CID en Adliya, antes de ser presentado a la Fiscalía el 11 de octubre de 2020, con su abogado presente en ese momento. Ese mismo día, Sayed Mujtaba fue trasladado al Centro de Detención del Dique Seco. Sólo pudo llamar a su familia durante un minuto al día siguiente de su detención para informarles de que estaba en el edificio de investigaciones. Además, tras su traslado al Centro de Detención del Dique Seco, Sayed Mujtaba no pudo ponerse en contacto con su familia durante cinco días porque su tarjeta telefónica no estaba activada.
Durante el periodo de investigación en el aeropuerto, los agentes de la Seguridad Nacional torturaron y maltrataron gravemente a Sayed Mujtaba, tanto física como psicológicamente, con el fin de extraerle confesiones falsas sobre los cargos fabricados contra él. De hecho, Sayed Mujtaba denunció que le despojaron de su ropa, le golpearon con porras y le electrocutaron en zonas sensibles, como la cabeza y los genitales, le dieron patadas y golpes en las orejas, le dieron puñetazos en el abdomen, le mantuvieron en una cámara frigorífica y le amenazaron con agredirle sexualmente. La familia de Sayed Mujtaba afirma que fue torturado por motivos políticos y sectarios. Debido a la mala alimentación y a las fuertes palizas y torturas, Sayed perdió siete kilos de peso durante esos 10 días.
Se presentaron varios cargos contra Sayed Mujtaba, a saber: 1) adhesión a un grupo terrorista; 2) posesión y adquisición de artefactos explosivos; 3) entrenamiento en el uso de armas y explosivos con la intención de poner en peligro la vida de las personas y el dinero de otros; 4) recepción, entrega y transferencia de fondos destinados a apoyar a un grupo terrorista, y 5) iniciación de una explosión. La sentencia de Sayed Mujtaba aún no se ha dictado, ya que el juicio está en curso, y la sesión del tribunal se ha aplazado recientemente al 30 de noviembre. Como a Sayed no se le permitió contactar con su abogado, no pudo prepararse adecuadamente para el juicio. Además, no se le permitió presentar pruebas ni impugnar las presentadas contra él en el tribunal, además de utilizar confesiones extraídas bajo coacción y tortura.
Debido a las malas condiciones higiénicas del Centro de Detención del Dique Seco, Sayed Mujtaba contrajo sarna casi nueve meses después de su traslado a la prisión. En consecuencia, fue puesto en aislamiento médico solo durante unas tres semanas y se le dio una crema para tratar su afección cutánea. Además, Sayed Mujtaba sigue sufriendo dolores en la espalda como consecuencia de las torturas a las que fue sometido tras su detención; sin embargo, sólo se le administran analgésicos y sigue sin recibir un tratamiento médico adecuado a pesar de sus peticiones. Sayed Mujtaba también ha denunciado que no se han aplicado medidas estrictas en el interior de la prisión para evitar el contagio del COVID-19, ya que los presos no disponen de mascarillas ni guantes, además de que las condiciones higiénicas generales son inadecuadas. A pesar de que se le permite llamar a su familia todos los días y hacer una videollamada una vez a la semana, a día de hoy, Sayed no ha podido reunirse con sus padres debido a las restricciones relacionadas con el COVID-19.
El 6 de enero de 2021, la familia de Sayed Mujtaba presentó una queja al Defensor del Pueblo en relación con las denuncias de tortura y trato cruel. A continuación, funcionarios del Ministerio del Interior visitaron a Sayed Mujtaba en el Centro de Detención del Dique Seco y le preguntaron por estas denuncias y por los métodos de tortura utilizados contra él. El 8 de febrero de 2021, su caso fue transferido a la Unidad Especial de Investigación (SIU) para completar las investigaciones. Cuatro meses después, tras no recibir ninguna respuesta de la UEI, los padres de Sayed Mujtaba se pusieron en contacto con ellos y se les dijo que funcionarios de la UEI visitarían la prisión. Sin embargo, hasta la fecha no lo han hecho.
El trato dado por las autoridades bahreiníes a Sayed Mujtaba, que era menor de edad en el momento de la detención, desde su privación arbitraria de libertad sin orden judicial, la denegación de un juicio justo y de los derechos al debido proceso, la grave tortura, la discriminación y la denegación de atención médica y educación, constituyen todas ellas violaciones de las obligaciones contraídas por Bahréin en virtud de la Constitución del país y de los tratados internacionales, concretamente la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR) y la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC). Por lo tanto, la ADHRB insta a las autoridades a retirar todos los cargos falsos e inventados contra Sayed Mujtaba y a concederle un juicio que respete las normas judiciales y probatorias internacionales, es decir, uno que descarte las confesiones que le fueron extraídas bajo tortura y que tenga en cuenta su corta edad y su limpio historial. Por último, la ADHRB hace un llamamiento a las autoridades bahreiníes para que investiguen urgentemente las denuncias de tortura y trato inhumano por parte de los agentes de investigación con el fin de que rindan cuentas, especialmente teniendo en cuenta que Sayed sólo tenía 17 años cuando supuestamente se produjeron estos actos.