Sayed Husain Saeed AlKhabbaz era un estudiante de 17 años cuando las autoridades bahreiníes lo detuvieron sin orden judicial mientras estaba en su coche con sus amigos. Desde su detención, Sayed Husain ha sufrido malos tratos y discriminación política a manos de las autoridades penitenciarias bahreiníes. Permanece en la prisión de Jau, cumpliendo los últimos años de su condena.
En la noche del 22 de julio de 2015, una patrulla civil compuesta por agentes vestidos de civil y funcionarios del Ministerio del Interior (MdI), entre ellos policías antidisturbios, fuerzas policiales de seguridad y agentes de la Dirección de Investigaciones Criminales (DIC), vigiló a Sayed Husain cuando salía de su casa en Salmabad con tres amigos. Poco después, detuvieron el coche en el que se encontraba Sayed Husain y le preguntaron específicamente por su número personal. Procedieron a denunciarle y a detenerle, sin presentar una orden de detención ni dar una razón para el arresto.
A la mañana siguiente de su detención, se permitió a Sayed Husain llamar a su familia para informarles de que lo habían llevado al CID. En el CID, Sayed Husain se enteró de que había sido acusado de reunión ilegal y disturbios después de que otros detenidos mencionaran su nombre en sus confesiones. De hecho, Sayed Husain había sido acusado de 1) reunión ilegal, disturbios y quema de neumáticos, y 2) agresión a un agente de seguridad. En abril de 2016, fue condenado a tres años de prisión en el primer caso, y a siete años de prisión en el segundo. Su segunda condena se redujo a cinco años de prisión tras la apelación, reduciendo su condena total a ocho años. Esta sentencia fue recurrida de nuevo ante el Tribunal de Casación, pero el recurso fue rechazado y la sentencia fue confirmada.
En el CID, los agentes le dijeron a Sayed Husain que todos los cargos contra él ya estaban escritos y listos para ser firmados porque sus amigos detenidos habían confesado contra él. Le amenazaron con torturas y palizas si se negaba a firmar las declaraciones preparadas. Le ataron las manos, le vendaron los ojos, le tomaron las huellas dactilares y le obligaron a firmar los cargos escritos contra él sin permitirle leerlos. Sayed Husain estuvo recluido en el CID durante tres días antes de ser trasladado al Centro de Detención del Dique Seco para su detención preventiva.
Desde su detención, a Sayed Husain no se le ha permitido comunicarse con su abogado y, por tanto, no ha podido prepararse adecuadamente para su juicio. Además, no se llevó a cabo ninguna investigación adecuada, ya que sólo se le obligó a firmar declaraciones previamente preparadas bajo amenaza de tortura y sin darle la oportunidad de defenderse. Su familia cree que ha sido atacado por su opinión política. Además, a Sayed Husain sólo se le permitió ver a su familia un mes después de su detención.
Tras la emisión de la sentencia, Sayed Husain fue trasladado a la prisión de Jau para cumplir su condena. Allí fue mantenido en aislamiento durante diez días consecutivos sin saber el motivo ni poder salir a tomar aire fresco. Desde su encarcelamiento, Sayed Husain ha sufrido dolores en la espalda y en los dientes. A pesar de haber pedido ver a un médico, aún no ha sido examinado médicamente. Sus padres presentaron una queja a las autoridades penitenciarias sobre este asunto, solicitando que se le permitiera ver a un médico. Sin embargo, aún no han recibido ningún seguimiento de la queja. Aunque Sayed Husain no ha contraído el COVID-19 en la cárcel, a su familia le preocupa que pueda infectarse dadas las malas condiciones higiénicas de la prisión.
La familia de Sayed Husain también ha presentado una queja ante el Instituto Nacional de Salud Pública (NIHR) pidiendo su liberación, ya que ha cumplido la mitad de su condena y tiene derecho a ser liberado en el marco de las penas alternativas. Sin embargo, el NIHR no ha proporcionado a la familia de Sayed Husain una respuesta ni ningún seguimiento. En consecuencia, Sayed Husain sigue en la prisión de Jau, donde ha entrado en su sexto año de encarcelamiento.
El trato que las autoridades bahreiníes dispensan a Sayed Husain, desde su detención arbitraria y sin orden judicial, pasando por la denegación de un juicio justo y de los derechos al debido proceso, hasta las amenazas, los malos tratos y la discriminación política, constituyen violaciones de las obligaciones de Bahréin en virtud de la Constitución del país y de los tratados internacionales, concretamente la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR). Por lo tanto, la ADHRB insta a las autoridades a que concedan a Sayed Husain un nuevo juicio que respete las normas probatorias internacionales y que no se base en confesiones falsas extraídas bajo coacción o amenaza de tortura. Por último, la ADHRB hace un llamamiento a las autoridades para que investiguen urgentemente las denuncias de malos tratos y discriminación con el fin de que los agentes responsables rindan cuentas.