Husain Abdulla era un estudiante de 22 años cuando fue detenido sin orden judicial en 2016 tras una redada en la casa de su tío. Posteriormente, Husain fue brutalmente torturado, lo que le provocó graves lesiones en la cabeza y el cuerpo. Recientemente, la administración de la prisión de Jau ha ignorado sus reiteradas peticiones de tratamiento médico, lo que ha provocado la rotura de su apéndice, que ha requerido tres operaciones quirúrgicas.
El 22 de septiembre de 2016, un grupo de agentes enmascarados que vestían ropas negras y camisetas amarillas, uno de los cuales llevaba una cámara que no tenía etiqueta policial, allanó la casa del tío de Husain para detenerlo. Cuando la familia exigió ver una orden judicial, los agentes amenazaron con detenerlos. Los agentes tampoco indicaron el motivo de la detención.
Después, Husain fue llevado al edificio de investigación de la prisión de Jau, donde fue interrogado durante 9 días. Durante los primeros 5 días del interrogatorio, Husain fue torturado por los agentes de investigación y los funcionarios de la prisión de Jau, que lo golpearon por todo el cuerpo y le propinaron fuertes golpes en la cabeza para obtener una confesión. Como resultado, Husain sufrió heridas y cicatrices en las manos y las piernas, una lesión en la cabeza y heridas profundas en la cabeza que le causaban constantes dolores de cabeza, y dolor en los genitales hasta el punto de que sangraba al orinar. Finalmente, Husain fue obligado a firmar un documento en el que confesaba los cargos que se le imputaban para poner fin a la tortura. No se permitió que su abogado estuviera presente durante el interrogatorio.
Cuatro años más tarde, fue acusado en dos causas que incluían diversos cargos políticos: 1) reunión ilegal y 2) participación en manifestaciones. Husain fue condenado a un año de prisión en el primer caso, y a cadena perpetua en el segundo, que se redujo a 15 años tras la apelación, con lo que su condena ascendió a un total de 16 años. A Husain se le privó de contacto con su abogado y no tuvo tiempo ni facilidades suficientes para prepararse para el juicio ni pudo impugnar las pruebas presentadas contra él.
Husain había sido detenido anteriormente a los diecisiete años, en mayo de 2012, acusado de reunión ilegal. Seis meses después de su detención en el Centro de Detención Dry Dock, el tribunal dictaminó que quedara en libertad con una sentencia suspendida y que se pagara una multa de 200 dinares bahreiníes.
Recientemente, en diciembre de 2020, Husain sufrió fuertes dolores abdominales durante 11 días consecutivos. La administración de la prisión de Jau no sólo ignoró las numerosas peticiones de Husain y de su familia para trasladarlo a un médico, sino que también intentó culpar del dolor a la comida que Husain estaba ingiriendo, que le proporciona la administración de la prisión. Debido a la demora en el tratamiento médico y a la negligencia de la administración de la prisión de Jau, el apéndice de Husain se agrandó hasta reventar el 8 de enero de 2021, lo que le provocó una intoxicación y un dolor tan intenso que ya no podía caminar. El 11 de enero de 2021, Husain fue atendido en la sala de urgencias del Hospital Salmaniya, con un aspecto extremadamente enfermizo. El médico especializado decidió que Husain debía ser operado. Once días después, el 22 de enero, el médico realizó la primera operación, que incluía la extirpación del resto del apéndice roto en el abdomen de Husain. La familia de Husain no fue informada oficialmente de su traslado al hospital, y tuvo que ser informada por fuentes informales.
El 24 de enero de 2021 fue sometido a una segunda operación para limpiar la intoxicación causada por la rotura del apéndice. La familia solicitó en repetidas ocasiones a diversos organismos oficiales, incluido el NIHR, poder visitar a Husain, pero la administración de la prisión de Jau se lo impidió por completo con el pretexto de las medidas contra el Coronavirus. El 28 de enero de 2021, Husain fue sometido a una tercera operación. Sus padres fueron al Hospital Salmaniya y, tras repetidas súplicas a la administración de la prisión y al hospital, se les permitió verle muy brevemente a través de la cortina abierta de su cama desde lejos, con el pretexto de que no podían acercarse a él debido a las medidas contra el Coronavirus, sabiendo que en su misma habitación había otros 5 pacientes y 3 policías rodeaban su cama.
Tras la operación, Husain fue trasladado al Centro de Detención del Dry Dock, y después a la prisión de Jau, en el edificio 15, donde permanece en aislamiento médico.
El trato que Husain ha sufrido a manos de las autoridades bahreiníes, desde su detención y la tortura y los malos tratos que sufrió durante la misma, hasta la privación de tratamiento médico inmediato, constituye una violación de la constitución bahreiní, así como del derecho internacional, incluida la Convención contra la Tortura (CAT), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ICESCR), todos ellos ratificados por Bahréin. ADHRB hace un llamamiento a las autoridades para que retiren los cargos preestablecidos contra Husain y para que investiguen las denuncias de tortura y trato inhumano por parte de los funcionarios de la prisión de Jau, con el fin de que estos rindan cuentas. Por último, ADHRB insta a las autoridades de Bahréin a que proporcionen a Husain la atención médica necesaria en lo sucesivo, así como a que proporcionen una atención médica adecuada y oportuna a todos los presos que la requieran.