Jasim Mohamed AlMahroos de 23 años era un estudiante de estudios religiosos en Hawza Ilmiyya en Qom, Iran cuando fue arbitrariamente arrestado por las autoridades bahreiníes en el Aeropuerto Internacional de Bahrein mientras regresaba de Irán en 2018. Durante su detención, fue torturado y sujeto de otras violaciones de derechos humanos. Actualmente se encuentra en la Prisión de Jau, donde sirve una cadena perpetua.
El 27 de Febrero de 2018, oficiales vestidos de civiles arrestaron a Jasim en el departamento de pasaporte en el Aeropuerto Internacional de Bahrein cuando llegó desde Irán sin presentar ninguna orden de arresto. Confiscaron su teléfono y no le permitieron recuperar su equipaje. Fue transferido al edificio de investigaciones de la prisión de Jau, el Edificio 15.
En el Edificio 15 de la prisión de Jau, Jasim pudo llamar a su familia por primera vez desde su arresto. Sin embargo, fue forzado a mentirles; le obligaron a decir que estaba en la Dirección de Investigaciones Criminales (DIC) en Adliya. Desde el 27 de febrero al 2 de Marzo, Jasim fue sujeto de tortura física y psicológica por los oficiales de investigación criminal para que confesara; a su abogado no se le permitió asistir. A través de estas formas de tortura, Jasim fue forzado para dar una confesión falsa.
Al amanecer el 2 de Marzo de 2018, oficiales de investigación lo llevaron a su casa, donde oficiales de policía, oficiales de inteligencia, oficiales vestidos de civiles y fuerzas de comandos asaltaron la casa y la registraron. Cuando entraron, las fuerzas entraron en todas las habitaciones rápidamente sin permitir que las mujeres se pusieran el Hijab, y les trasfirieron a todos a una habitación donde les agruparon y les prohibieron salir mientras les gritaban y amenazaban. Llevaban cámaras y grabaron el proceso entero de la redada así como el número de miembros de la familia. Les fueron confiscados varios aparatos electrónicos en el apartamento, incluyendo el teléfono de su mujer, el cuál todavía no ha sido devuelto. Cabe señalar que esto ocurrió al cuarto día después del nacimiento de su hija, y la salud de su esposa se deterioró tras el parto y la detención de su esposo; su estado de salud empeoró a lo largo de los 34 días que estuvo recluido en el departamento de investigaciones de la prisión de Jau. Después, Jasim fue transferido de vuelta al Edificio 15 de la prisión de Jau, donde estuvo hasta el 1 de Abril de 2018, cuando fue transferido al Centro de Detención Dry Dock. Durante todo el periodo de interrogatorios, no se le permitió ver a nadie. 37 días después de su arresto, Jasim pudo ver a su familia por primera vez.
Jasim no fue llevado directamente ante un juez y no pudo presentar pruebas ni refutar las pruebas presentadas contra el dado que se le había denegado el acceso a un abogado. Además, su falsa confesión fue usada en su contra en el tribunal. De esta manera, Jasim fue condenado por 1) Establecer una célula terrorista llamada célula Hezbollah 2) financiar la célula y 3) formarse en el uso de las armas. El 16 de Abril de 2019, en un juicio masivo que incluyó a 169 acusados, fue sentenciado a cadena perpetua y a pagar una multa de 100000 dinares bahreiníes. Su ciudadanía fue también revocada pero más tarde le fue reinstaurada a través de un perdón real el 21 de Abril de 2019. Jasim apeló su sentencia, pero tanto la Corte de Apelación como la de Casación rechazaron su apelación y mantuvieron la sentencia el 30 de Junio de 2019 y el 30 de Junio de 2020 respectivamente.
El arresto de Jasim sin orden judicial, la confiscación de sus pertenencias y las de su familia, su desaparición forzada, la tortura y otras violaciones de debido proceso y su derecho a un juicio justo han violado la Constitución Bahreiní y las obligaciones internacionales de las que Bahrein es parte, como la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes (CCT), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCYP), y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Dado que no fue presentada una orden de arresto y dado que la condena de Jasim depende de una falsa confesión extraída mediante coacción, podemos concluir que ha sido arbitrariamente detenido por las autoridades bahreiníes.
Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) pide a las autoridades bahreiníes que respeten sus obligaciones con los derechos humanos investigando todas las alegaciones de tortura y desaparición forzada para asegurar la responsabilización de los agentes que las realizaron. ADHRB finalmente insta a Bahrein a realizar un nuevo juicio a Jasim donde sean respetados los estándares internacionales para un juicio justo y que acaben con los injustos juicios masivos.