Salman Ali Saleh tenía 24 años en noviembre de 2015, fecha en la que fue arrestado por las autoridades de Bahrein. Salman fue torturado después de ser detenido por presunta posesión de materiales explosivos y por colaboración con una célula terrorista. También fue acusado de cooperar con personas buscadas en el extranjero, a pesar de que su pasaporte había caducado cuatro años antes de su detención. Salman cumple actualmente una condena de 25 años en la prisión central de Jau.
El 15 de mayo de 2018, el Cuarto Tribunal Penal Superior de Bahrein declaró a Salman culpable en un juicio masivo en el que participaron 138, todos ellos acusados de unirse a una célula terrorista llamada «Brigadas Zulfiqar». El tribunal condenó a 115 acusados, incluido Salman, por cargos relacionados con terrorismo. El 9 de junio de 2020, el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria publicó un artículo para la liberación inmediata de Salman y otros 19 ciudadanos de Bahrein, siendo ADHRB los representantes en dicha denuncia ante las Naciones Unidas.
Salman fue arrestado el 5 de noviembre de 2015 mientras estaba afuera de una tienda de celulares en Sitra. La policía antidisturbios, los cuerpos de seguridad y los oficiales de la Dirección de Investigaciones Criminales rodearon la tienda y golpearon públicamente a Salman. Antes del arresto de Salman, la policía realizó redadas en su casa en numerosas ocasiones, ignorando que la familia de Salman se oponía claramente a ellas. Aunque los agentes de policía afirmaron que se les ordenó realizar la redada, no presentaron ninguna orden de registro ni de detención.
Los cuerpos de seguridad atacaron a Salman porque sospechaban que estaba filmando marchas y protestas. Durante la redada, confiscaron su teléfono móvil y su tarjeta de memoria flash. El CID también afirmó que Salman los llevó a un lugar donde encontraron una caja con armas y balas.
Tras la detención, las fuerzas de seguridad de Bahrein provocaron la desaparición forzosa de Salman durante un periodo de 26 días. Tras el arresto, la policía lo llevó al CID y lo trasladó a la prisión de Jau tres horas después. El 28 de noviembre de 2015, Salman fue trasladado al Centro de Detención en Dry Dock, donde pasó tres días en régimen de aislamiento. El 1 de diciembre, los agentes permitieron que Salman se pusiera en contacto con su familia por primera vez desde su detención. El 25 de junio de 2018, Salman fue trasladado del Centro de Detención del Dry Dock a la prisión de Jau, donde actualmente cumple su condena.
Salman fue torturado en el CID y en las instalaciones de investigación del edificio 15 de la prisión de Jau, donde se le obligó a hacer una confesión falsa. Oficiales vestidos de paisanos infligieron torturas a Salman, vendandole los ojos y propinándole fuertes golpes por todo el cuerpo, incluyendo su pecho. Usaron herramientas eléctricas para abusar físicamente de él y lo degradaron por sus creencias chiítas.
Como resultado de la extrema tortura que soportó, Salman sufrió graves lesiones físicas. Después de recibir golpes en el pecho durante el interrogatorio, se le diagnosticaron problemas cardiovasculares y hepatitis B. Aunque Salman se quejó de un dolor agudo en el oído, se le negó el tratamiento médico.
El 15 de mayo de 2018, Salman fue condenado a 25 años de prisión por cargos relacionados con la posesión ilegal de armas de fuego con fines terroristas. Como Salman sólo se reunió con su abogado durante las audiencias en la sala del tribunal, no pudo preparar adecuadamente su defensa. Las autoridades de Bahrein también le impidieron impugnar las pruebas presentadas contra él ante un juez. En junio de 2018 y julio de 2019, el Tribunal de Casación dictó sentencia confirmando la condena previa que le había sido impuesta a Salman. Y, a pesar de que la nacionalidad de Salman fue restituida por decreto real en abril de 2019, sigue encarcelado en la prisión de Jau.
El uso de la tortura durante el interrogatorio de Salman viola tanto la legislación de Bahrein como las obligaciones de Bahrein en virtud de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT) en el marco del derecho internacional. La detención arbitraria y el juicio injusto de Salman también contravinieron el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al que Bahrein se adhirió en 2006.
Salman también fue sometido a prácticas de juicio injustas y a numerosas violaciones de las garantías procesales, ya que se le impidió tener un asesoramiento jurídico adecuado. El tribunal también desestimó las afirmaciones de Salman de que las pruebas presentadas contra él eran falsas.
- El 19 de julio de 2018, la ADHRB presentó una queja sobre el juicio masivo de Zulfiqar a las Oficinas de Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU).
- ADHRB representó a Salman y a otros 15 acusados ante la ONU, proporcionando pruebas clave de los abusos sistemáticos a los que se enfrentaron.
- En 2020, el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Detención Arbitraria (WGAD) publicó una opinión sobre los casos de Zulfiqar, solicitando la liberación inmediata de 20 prisioneros, incluyendo a Salman.
- ADHRB apoya plenamente las recomendaciones del WGAD e insta al Gobierno de Bahrein a que libere incondicionalmente a Salman y a los otros 19 prisioneros y a que se asegure de que reciban una atención médica adecuada. ADHRB también pide a Bahrein que cumpla las normas internacionales relativas a la celebración de juicios justos y la investigación de las denuncias de tortura.