El político y abogado francés Camille Sée, hizo la siguiente reflexión: “dicen que la historia se repite, pero lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan”.
El 22 de junio, Irene Abad Buil, nos dio la oportunidad de utilizar la reciente historia Española para entender la actual realidad en Bahréin y dar practicidad al estudio del pasado, que según ella, es el sueño de todo historiador. Irene Abad Buil es doctora en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza y es autora de numerosos libros sobre la lucha contra el franquismo en España. Entre sus publicaciones destacan La tormenta que pasa y se repliega: Los años del maquis en el Pirineo aragonés-Sobrarbe (2001); Leandro Saún y Carmen Casas: Organización política clandestina en la Zaragoza de los años 40 (2008), y En las puertas de prisión: De la solidaridad a la concienciación política de las mujeres de los presos del franquismo (2012). Además, ha dirigido la película documental Fuimos mujeres de presos. En esta entrevista tratamos de comprender el rol de las mujeres de los presos políticos durante la España franquista para luego poder crear un paralelismo con la situación de las mujeres en Bahréin. Durante este ejercicio de reflexión, Irene nos ha brindado aprendizajes muy útiles para abordar la situación actual en Bahréin.
Empezamos la entrevista preguntándole a Irene sobre el rol de las mujeres de los presos políticos franquistas en la oposición de la dictadura. Con un tono reivindicativo, Irene nos cuenta que las mujeres fueron una pieza fundamental en la oposición al régimen franquista. Uno de los muchos roles que desempeñaron las mujeres de los presos políticos franquistas fue el de ser gestoras de las reivindicaciones de sus familiares varones presos. Nos cuenta que es interesante ver el despertar de un grupo social que en aquella época jugaba “un rol secundario, sumiso, avocado al ámbito de la privacidad”. Las mujeres de los presos políticos se ven ante una injusticia y deciden actuar. Irene nos cuenta cómo el “rol sociocultural existente en esta época va a definir la manera de hacer campaña de las mujeres”. Las mujeres “van a acabar actuando desde la única postura que conocían y que se esperaba de ellas, es decir, el apoyo a sus familiares, la defensa de la unidad familiar, la lucha contra las injusticias, de ahí que se acaba construyendo una defensa al marido, al hermano, al hijo preso”.
Las mujeres se movilizaron escribiendo cartas a autoridades civiles y/o religiosas pidiendo clemencia para sus maridos, mejoras en las condiciones de higiene de los presos, mayor privacidad, más información de las condiciones en las que viven, indultos, etc. Irene cuenta que el rol de la mujer en la épica influye como se presentan en estas cartas, “somos las mujeres de los presos de Burgos/Zaragoza/Carabanchel” es decir, anteponen su calidad de esposas de, madres, hijas de, hermanas de… como autorización o como aval para sus reivindicaciones. No obstante, a pesar del peso del su calidad de mujeres de, según Irene, con esta movilización, las mujeres “rompen la frontera entre lo privado y lo público, esta situación invierte los papeles tradicionales: el hombre pasa a estar en la privacidad de la carencia de libertad mientras las mujeres va a tener que salir fuera e invadir espacios públicos para reivindicar la libertad de los presos”. Gracias a esta movilización, las mujeres se transforman en “objetos políticos que reivindican también sus derechos como mujeres… las mujeres supieron utilizar esa situación para ir incluyendo reinvidicaciones de corte feminista que les empoderase como mujeres” concluye Irene.
Cuando le preguntamos sobre el rol que jugó la campaña en pro de la liberación de los presos políticos que comenzaron las mujeres al debilitamiento de la dictadura, Irene nos dice que las consecuencias de esta campaña fueron un arma de doble filo. Por un lado, “la campaña por la amnistía va a ser el aldabonazo final a ese debilitamiento que el franquismo está empezando a experimentar, porque entre otras cosas, va a tener una repercusión internacional que va a afectar directamente a la visión que desde el exterior se tenía de España … evidentemente, la campaña de amnistía dio visibilidad a un problema de represión y violencia que se estaba intentando ocultar, y esa visibilidad empieza a llegar a Europa de una manera muy potente.” Esto nos sirve como aprendizaje para el movimiento internacional a favor de la liberación de los prisioneros políticos en Bahréin, y nos sirve de motivación para seguir luchando sabiendo que a largo plazo, nuestros esfuerzos tendrán la recompensa tan deseada de debilitar al régimen de la familia Al-Khalifa en Bahréin. Tras mostrar el lado positivo de la campaña, Irene nos devuelve a la realidad y enfatiza que “no hay que olvidar, que a posteriori, cuando se aprueba la ley de amnistía del 1977 y se concede el indulto de todos los delitos de intencionalidad política ocurridos desde el 1936 y el 76, obviamente, la amnistía representa un borrón y cuenta nueva que va a perdonar todos los castigos políticos y que olvidaba también todos los crímenes de una dictadura que mató, que torturó, que violó y que exilió”. Una vez más, este aspecto de la historia española puede servir de aprendizaje para el futuro en Bahréin, donde es fundamental que se juzguen a los responsables de los desmanes de derechos humanos que se perpetúan en el país.
Hablando sobre la campaña a favor de la libertad de los presos políticos en la España franquista, es inevitable crear un paralelismo con la situación en el Bahréin de hoy en día. Le comentamos a Irene que en Bahréin, el simple hecho de ser madres, mujeres, suegras o hijas de opositores del régimen supone un motivo de detención. Le ponemos el ejemplo de Hajer Mansoor y Najah Yusuf, quienes han sido perseguidas por el régimen, encarceladas y torturadas como represalia por el trabajo de sus familiares varones. Enseguida, Irene nos dice que le llamó mucho la atención ver esa gran similitud existente entre las mujeres de Bahréin y las mujeres de los presos políticos del franquismo: “en ambos casos, las mujeres van a sufrir coacciones para sacar información: sobre el paradero de sus maridos, sobre el trabajo que llevan a cabo, estas mujeres se van a convertir también en moneda de cambio, aquí es donde estas mujeres se convierten en víctimas de una fuerte represión visibilizada”. Nos cuenta cómo las mujeres de los presos políticos del franquismo fueron objeto de “una represión que las llevó a las torturas, a las violaciones, a las rapaduras de pelo, a la ingestión obligada de aceite de ricino para que se hicieran sus necesidades encima, les obligaban a limpiar la sangre de sus maridos cuando estos habían sido torturados, o a oír desde otra habitación las torturas de sus familiares…”. Oír a Irene contar esto es estremecedor, son testimonios que podrían contarnos las mujeres del Bahréin de hoy en día.
Irene nos cuenta que esta represión que sufren las mujeres “ha sido llamada por la historiografía francesa como “el espectáculo de la humillación”: que todo el mundo vea a la mujer del preso, esto tiene un carácter preventivo”. Irene continúa con otro paralelismo: “me llamó mucho la atención comprobar cómo les privan de información, no querer decir nada sobre los presos es un punto coincidente entre ambas situaciones, en España nos encontramos muchos testimonios de mujeres que van a visitar a sus presos y les dicen que su preso ya no está en esta cárcel, es decir, les han trasladado sin decirles nada”. Termina diciéndonos que la desinformación no es más que otro “mecanismo de represión, un mecanismo de desposeer al contrario, de ejercer todo tipo de control al represaliado”.
Para terminar nuestra conversación, le pedimos que le mande un mensaje a las mujeres bahreiníes que abogan por la liberación de los presos políticos. Nos dice que aprendiendo de la situación de la España franquista, “el mensaje más importante es el de apoyo entre ellas, que se apoyen como hermanas, que sientan que no están solas”. Irene nos cuenta que, en España, “si no hubiera sido por la sororidad, las mujeres del franquismo no hubieran llevado a cabo ni el 10% de las actividad que llevaron a cabo. Se fueron uniendo, y se fueron dando cuenta que solas no podían conseguir mucho, pero que si se unían podían conseguir mucho. Las mujeres se apoyaron económicamente, psicológicamente, compartiendo sus experiencias…Gracias al apoyo que tuvieron entre ellas, fue como el movimiento fue creciendo”.
Como ha quedado en evidencia durante nuestra entrevista con la historiadora Irene Abad, existe una oportunidad de aprendizaje muy significativa entre la época franquista y la situación actual en Bahréin. Las mujeres, tanto en la era de Franco como las mujeres de Bahrein, se enfrentan a un problema específico: la represión que sufren sus familiares inmediatos, y como consecuencia actúan ante este problema.