Ahmed era un recién graduado de 22 años que estaba buscando trabajo cuando fue arrestado en 2015 sin la debida orden judicial. Ahmed fue sometido a desaparición forzada, interrogado sin abogado, torturado y condenado en un juicio injusto. Ha sido víctima de muchas violaciones de los derechos humanos y su confesión ha sido transmitida por televisión. Hoy permanece en la Prisión Central de Jau, donde las autoridades le han negado el acceso a atención médica.
El 8 de mayo de 2015, mientras estaba sentado cerca de su casa con sus amigos, fuerzas policiales y personas armadas vestidas de civil llegaron en cinco coches y jeeps policiales, rodearon el lugar, apuntaron con sus armas a Ahmed y posteriormente lo arrestaron. La casa de Ahmed ya había sido allanada y registrada varias veces por fuerzas civiles y armadas, y estos también ya habían intentado detener a Ahmed sin presentar ninguna orden. El arresto sin orden judicial de Ahmed fue filmado con una cámara de vídeo. Después del arresto, la familia de Ahmed recibió una llamada para informarles de que su hijo se encontraba en la Dirección de Investigación Criminal (CID); la llamada se cortó instantes después
Tras su detención, Ahmed fue sometido a desaparición forzada durante todo un mes y a diferentes métodos de tortura para obtener una confesión sobre los cargos de los que se le imputaban. El 7 de junio de 2015, Ahmed fue visto por primera vez desde su desaparición, ya que el canal oficial de televisión de Bahrein emitió fotos suyas y de otros acusados implicados en el caso del asesinato del funcionario jordano. También transmitieron sus confesiones. Después del interrogatorio, Ahmed fue transferido al Centro de Detención del Dique Seco. Después de que el tribunal emitiera la primera sentencia en su contra, fue nuevamente sometido a tortura mientras era transferido del Centro de Detención del Dique Seco a la prisión de Jau, donde permanece hoy.
Mientras estaba en el CID, Ahmed fue sometido a tortura y fue golpeado en todo su cuerpo y cara. También se utilizaron otros métodos de tortura, pero Ahmed no los mencionó a su familia por miedo a herir sus sentimientos. Sin embargo, los padres de Ahmed veían moretones y marcas en el cuerpo y la cara de su hijo cada vez que lo visitaban en la prisión, y por lo tanto, presumían que había sido torturado. A Ahmed únicamente se le permitió ver a sus padres meses después de su arresto.
Ahmed no tenía tiempo ni recursos adecuados para preparar su juicio. Además, Ahmed no fue llevado rápidamente ante un juez en las 48 horas siguientes a su detención, sino que fue llevado ante un juez muchos meses después de su arresto. A Ahmed se le negó el acceso a su abogado, al que no se le permitió asistir al interrogatorio. Además, Ahmed no pudo presentar pruebas ni impugnar las pruebas presentadas contra él.
Ahmed fue condenado por el Alto Tribunal Penal: 1) El 13 de octubre de 2015, por la posesión de un arma, y fue condenado a 10 años de prisión con una multa de 500 dinares; 2) El 31 de diciembre de 2015, por el asesinato de un oficial jordano, y fue condenado a cadena perpetua y se le quitó la ciudadanía; 3) El 27 de abril de 2016, por su participación en una explosión en la región de Shakhurah y fue condenado a cadena perpetua; y 4) El 30 de mayo de 2016, por su participación en las Brigadas Saraya Al-Ashtar y fue condenado a cadena perpetua. En un quinto caso, el Tribunal Penal Inferior condenó a Ahmed a un año de prisión por reunión ilegal.
El 29 de marzo de 2017, la condena a cadena perpetua de Ahmed por su presunta participación en las Brigadas Saraya Al-Ashtar se redujo en la apelación a 15 años de prisión. Sin embargo, se confirmaron las apelaciones de Ahmed del 14 de abril de 2016 por su presunta posesión de un arma, del 23 de noviembre de 2016 por su presunta participación en la explosión de la región de Shakhurah y del 12 de mayo de 2019 por su presunto asesinato de un oficial jordano. En abril de 2019, se restituyó la ciudadanía de Ahmed mediante un indulto real.
Algún tiempo después de ser trasladado a la prisión de Jau, Ahmed desarrolló una alergia a los hongos, por el que se le negó el tratamiento médico. Su condición empeoró y alcanzó un estado avanzado hasta que se extendió por todo su cuerpo; sólo entonces fue transferido al hospital, donde se le prescribió una crema para reducir la gravedad de los síntomas. Poco antes de su arresto, se desarrollaron glándulas en el pecho de Ahmed; quien continúa sufriendo de esto y necesita tratamiento urgente. Las autoridades de la prisión de Jau siguieron negando el tratamiento a Ahmed durante cinco años a pesar de las múltiples solicitudes de citas médicas. La familia de Ahmed han dicho que están preocupados y temen que estas glándulas en su pecho se hayan vuelto cancerosas debido a la negativa de la administración de darle a Ahmed un tratamiento adecuado. Tras examinar a Ahmend, el médico solicitó una cirugía para extirpar las glándulas, pero la administración de la prisión se abstiene de informar a Ahmed o a su familia sobre la fecha de la cita y cuándo será transferido al hospital. La familia de Ahmed presentó quejas al Ombudsman del Ministerio del Interior y a la Institución Nacional de Derechos Humanos por la falta de visitas a la prisión y la consiguiente denegación de atención médica. Las respuestas de ambos mecanismos no fueron eficaces para darle tratamiento.
El trato de Ahmed constituye una violación de las obligaciones internacionales de Bahrein en materia de derechos humanos en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, convenios de los que Bahrein es signatario. Ahmed no tenía derecho a comunicarse con su abogado durante su interrogatorio, su detención fue sin orden judicial, fue torturado y sometido a desaparición forzada, y no fue presentado rápidamente ante una autoridad judicial. Además, la condena de Ahmed, a la luz de las confesiones forzadas hechas por otros, fue producto de un juicio injusto. Por las razones mencionadas, la detención, el interrogatorio y los juicios de Ahmed constituyen una violación de los artículos 7, 9, 10, 14 y 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La denegación de la atención médica necesaria viola el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que establece el derecho a la salud, y la tortura a la que fue sometido Ahmed desde el día de su detención y hasta su llegada a la prisión de Jau es una violación significativa de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) pide al gobierno de Bahrein que libere a Ahmed. Si se pueden presentar cargos contra él, ADHRB pide que se lleve a cabo un nuevo juicio de acuerdo con las normas internacionales de juicios justos. La ADHRB pide al Gobierno de Bahrein que investigue las denuncias de tortura de Ahmed, con miras a que los autores rindan cuentas. Además, la ADHRB insta a las autoridades a que proporcionen a Ahmed un tratamiento médico adecuado para el deterioro de sus condiciones.