Ahmed Isa Ahmed Yahya Ali, un maquinista bahreiní de 23 años de edad, fue arrestado arbitrariamente en su propia casa después de que fuera allanado por oficiales civiles enmascarados. Durante su detención y posterior encarcelamiento, fue sometido a graves formas de tortura, abusos y discriminación. Actualmente se encuentra detenido en la tristemente célebre prisión de Jau en Bahrein. El Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria (GTDA) de las Naciones Unidas publicó el 9 de junio de 2020 una opinión sobre el caso de Ahmed, junto con otros 19 ciudadanos de Bahrein, que fueron condenados en un juicio masivo de 138 acusados, con fecha 15 de mayo de 2018, por su presunta participación en una célula terrorista conocida como las «Brigadas Zulfiqar».
Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) presentó una denuncia a través del Programa de Denuncias de los Procedimientos Especiales de las Naciones Unidas en nombre de las personas condenadas en este caso particular. El GTDA concluyó que la condena de estos acusados era una violación flagrante de varias leyes internacionales de derechos humanos relativas a la detención arbitraria.
El 3 de noviembre de 2015, Ahmed fue arrestado en su propia casa en Hamala después de que fuera allanado por oficiales civiles enmascarados. Ahmed y algunas de las pertenencias de su familia fueron confiscadas por los oficiales. Los agentes de policía rodearon la casa de Ahmed con vehículos policiales y militares. Estos oficiales afirmaron que lo hicieron por temor a que Ahmed intentara escapar, a pesar de que tenía la pierna enyesada por un tobillo roto. En el momento de su detención, las fuerzas de policía no presentaron ninguna orden de detención ni indicaron ninguna razón para la detención de Ahmed. El Grupo de Trabajo llegó a la conclusión de que el Gobierno de Bahrein no había establecido una base jurídica para la detención de Ahmed.
Después de su arresto, Ahmed fue desaparecido forzosamente durante 3 días. En ese momento, a Ahmed sólo se le permitió llamar a su familia por unos segundos para informarles que estaba en la Dirección de Investigación Criminal. Más tarde, pudo informarles de que fue transferido a la prisión de Jau.
El interrogatorio de Ahmed tuvo lugar durante 27 días en el interior del edificio 15 de la prisión de Jau. Se ha informado de que esta instalación en particular está afiliada a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y a la principal agencia de inteligencia de Bahrein. Durante su interrogatorio, Ahmed fue gravemente torturado. Oficiales del Departamento Central de Investigaciones y de la Guardia Nacional le golpearon la cabeza y la espalda, le propiciaron una bofetada en la cara y lo obligaron a permanecer de pie durante 10 horas seguidas mientras le vendaban los ojos, lo esposaban y desnudaban. Fue torturado y golpeado por los oficiales con las manos y los pies encadenados. Ahmed también fue privado de sueño y los oficiales lo amenazaron con violarlo, así como amenazaron el honor de su familia.
El GTDA de la ONU afirma que torturar a los individuos durante sus interrogatorios y coaccionar sus confesiones es un abuso de poder por parte del gobierno. Además, Ahmed descubrió que esos agentes de policía, además de los funcionarios del Ministerio del Interior y de la Guardia Nacional, fueron entrenados por expertos que les enseñaron a infligir palizas que causaban graves daños internos, sin dejar moretones o marcas externas.
Una semana después del arresto de Ahmed, informó a sus padres por teléfono que estaba acusado de «unirse a un grupo terrorista». La familia de Ahmed no supo los cargos exactos que se le imputan hasta su audiencia en el tribunal. A pesar de ello, Ahmed fue condenado a cadena perpetua y se le quitó la nacionalidad el 15 de mayo de 2018. A Ahmed no se le permitió hablar, presentar una defensa ni aportar pruebas ante el tribunal. El informe del GTDA determinó que el uso de confesiones forzadas por parte del Gobierno de Bahrein como prueba ante los tribunales plantea dudas sobre su imparcialidad.
El 28 de enero de 2019, la sentencia de Ahmed fue confirmada en el Tribunal de Apelación. Además, la sentencia de Ahmed también fue confirmada por el Tribunal de Casación el 1 de julio de 2019, cuando se restituye su nacionalidad de conformidad con un indulto real concedido a 551 personas a las que los tribunales de Bahrein despojaron de su ciudadanía en abril de 2019.
Después de su interrogatorio, Ahmed fue transferido al Centro de Detención del Dique Seco. Sufrió varias heridas por su tortura, como una hemorragia nasal de 3 días, una discapacidad auditiva, y sufrió dolores por todo el cuerpo. Ahmed ya tenía un tobillo roto cuando fue arrestado, y llevaba un yeso desde debajo de la rodilla hasta los dedos de los pies. Sin embargo, las autoridades le quitaron prematuramente el yeso, causando que su condición se deteriorara. La familia de Ahmed cree que fue torturado por estar afiliado a una secta chiíta en particular. La familia de Ahmed no presentó ninguna denuncia a la Oficina del Defensor del Pueblo ni al Instituto Nacional de Derechos Humanos sobre su tortura por temor a represalias.
Según el Grupo de Trabajo, el trato de Ahmed por parte de las autoridades de Bahrein contraviene los artículos 6, 8, 9, 10 y 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y los artículos 2 3), 9, 14 y 16 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La tortura, los abusos, la detención arbitraria y la desaparición forzada de Ahmed constituyen una violación directa de varios tratados internacionales y del artículo 19.d. de la Constitución de Bahrein relativo a la libertad personal, en el que se establece que «nadie será sometido a tortura física o mental, ni a inducción, ni a tratos indignos, y la pena por ello se especificará en la ley». Toda declaración o confesión que se demuestre que ha sido hecha bajo tortura, inducción o dicho tratamiento, o la amenaza de hacerlo, será nula y sin efecto». A este respecto, también se violan varios artículos de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.
Americans for Democracy and Human Rights in Bahrain (ADHRB) hace un llamamiento a las autoridades de Bahrein para que cumplan sus obligaciones internacionales de derechos humanos en materia de protección y promoción de los derechos humanos. ADHRB insta al gobierno de Bahrein a que investigue las denuncias de tortura y otras violaciones de los derechos humanos, en particular con respecto al caso de Ahmed, a fin de que los autores rindan cuentas. Pedimos a las autoridades que revelen a su familia información sobre el caso de Ahmed y los cargos que se le imputan, y que garanticen un juicio justo.