Nacido en 1993, Hasan Abdulghani Farhan fue futbolista del club «Sitra». A la edad de 19 años, durante su segundo año de secundaria, fue detenido arbitrariamente y las autoridades de Bahrein le negaron sus derechos humanos. En el momento de la publicación, Hasan lleva aproximadamente siete años en la prisión de Jau.
El 11 de diciembre de 2012, Hasan estaba alojado en el apartamento de un familiar cuando las autoridades localizaron y rodearon el edificio con un helicóptero, coches de la policía antidisturbios y oficiales enmascarados vestidos de civil. A pesar de no tener una orden judicial, los agentes hicieron una redada en el apartamento y Hasan fue golpeado y arrestado. Hasan era buscado por los cargos de incendio provocado y se envió una citación a su casa el día del arresto.
Después de su arresto, Hasan fue llevado a un lugar desconocido. Aquí fue golpeado y obligado a buscar armas y explosivos. Hasan fue sometido a desaparición forzada durante los cuatro días siguientes; durante este tiempo fue torturado en la Dirección Central de Investigaciones (CID). Las torturas incluyeron golpearle en múltiples partes del cuerpo, permanecer de pie de forma prolongada y forzada en una habitación extremadamente fría con los ojos vendados y esposado por detrás, y el acoso sexual, incluidas las amenazas de violación.
Se utilizó la tortura para extraer una confesión forzada; Hasan firmó una declaración de culpabilidad con los ojos vendados. Aunque Hasan habló le dijo al juez que presidía su juicio sobre su tortura, la confesión fue todavía utilizada en su juicio.
Entre 2013 y 2017, Hasan fue declarado culpable en tres casos distintos y condenado a un total de 17 años de prisión. Los casos fueron: 1) Incendio provocado en una calle, asamblea y disturbios, 2) Incendio provocado de la estación de policía de Sitra e intento de asesinato de un oficial, así como posesión y adquisición de botellas molotov, y 3) Asalto a un empleado público. Durante la investigación y el juicio de estos casos, a Hasan se le negó el acceso a su abogado y no se le dio el tiempo y las facilidades adecuadas para preparar el juicio.
Desde que fue encarcelado, Hasan ha sido víctima de diversas violaciones de los derechos humanos, incluida la negligencia médica y la tortura física y psicológica, que se intensificaron tras los disturbios de la prisión de Jau en 2014. Durante el período de su encarcelamiento, Hasan desarrolló varias afecciones médicas, a saber, hipertensión arterial, problemas cardiovasculares y vista débil. Fue objeto de negligencia médica, ya que no recibió la atención médica adecuada para estas condiciones. Además, cuando se rompió un dedo en 2013, se le negó el tratamiento. Como resultado, el dedo de Hasan está ahora deformado.
En 2014, Hasan fue sometido a múltiples palizas por parte de la policía antidisturbios blandiendo porras. En agosto de 2015, Hasan fue puesto en aislamiento. Además, se confiscaron sus posesiones personales, incluyendo ropa y artículos de aseo. Durante este tiempo, un tal Sr. Baker Al-Alawi amenazó repetidamente con hacer una violenta redada en la casa de su padre si no confesaba las acusaciones. Además, fue golpeado por oficiales bajo el mando de y su barba y cabeza fueron afeitadas como una forma de humillación.
Entre 2018 y 2019, la familia de Hasan presentó múltiples quejas al Ombudsman del Ministerio del Interior y a la Dependencia de Investigaciones Especiales, en relación con las torturas sufridas por Hasan. Los casos fueron denegados.
Más recientemente, el 7 de enero de 2019, se presentó una queja sobre los casos de tortura ocurridos el 17 de diciembre de 2018. Sin embargo, no se concedió ninguna reparación, y las autoridades desestimaron las quejas bajo el pretexto de la falta de pruebas. Esto es a pesar de la disponibilidad de las imágenes de vigilancia.
El arresto de Hasan, el juicio injusto, la tortura y la denegación de una atención médica adecuada violan tanto la Constitución de Bahrein como las obligaciones internacionales en las que Bahrein es parte. A saber, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ICESCR) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR). Dado que no se presentó una orden de detención, y dado que a Hasan no se le concedió un juicio justo, podemos concluir que Hasan fue detenido arbitrariamente por las autoridades de Bahrein.
En consecuencia, la organización Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) pide a Bahrein que cumpla sus obligaciones en materia de derechos humanos anulando la sentencia contra Hasan. Si se pueden presentar cargos penales graves contra él, las autoridades deben llevar a cabo un juicio justo que se ajuste a las normas judiciales universales. La ADHRB insta a Bahrein a que investigue todas las denuncias de tortura, a que garantice la rendición de cuentas y a que todos los presos reciban una atención médica adecuada.