Mansoor AbdulWahed AlDolabi es un representante de servicio bahreiní de 26 años. Fue arrestado por primera vez en diciembre de 2017 sin una orden judicial y estuvo detenido durante 18 días. Un mes después, el 9 de enero de 2018, Mansoor fue nuevamente detenido mientras se encontraba en la Dirección de Investigaciones Criminales (CID) tratando de obtener los antecedentes de su arresto anterior. Mansoor sufre de graves quemaduras infantiles en las piernas que limitan en gran medida su movilidad, así como de un tumor cerebral que afecta su visión. Actualmente se encuentra detenido en la prisión de Jau.
Durante su arresto inicial en 2017, Mansoor fue investigado por bombardear el oleoducto de A’ali, pero los funcionarios no pudieron proporcionar ninguna prueba en su contra y nunca fue llevado ante la Fiscalía Pública (OPP). Tras su segundo arresto en 2018, Mansoor estuvo inicialmente detenido en el CID. Después de un mes fue trasladado a la OPP y luego al Centro de Detención de Dry Dock por falsos cargos de posesión de un explosivo, pero no se le permitió bajar del autobús en el Centro de Detención de Dry Dock y fue devuelto al CID por otros 27 días. En el CID, Mansoor fue sometido a torturas, que incluían desnudez forzada, permanecer de pie durante horas, que es muy doloroso debido a las quemaduras en las piernas, y golpes en la cabeza. No se le permitió recibir visitas ni comparecer ante un fiscal o un juez, y solo se le permitió usar el teléfono durante unos dos minutos cada dos días. Tampoco se le permitió recibir visitas hasta tres meses después de su arresto.
Durante su interrogatorio, Mansoor fue engañado para que confesara cuando declaró que era diseñador gráfico, y los oficiales usaron esa información para decir que diseñó barreras de hormigón que serían utilizadas por organizaciones terroristas. Se le negó el acceso a su abogado durante el interrogatorio y no pudo presentar ninguna prueba para su defensa. Después de 27 días en el CID, los agentes lo llevaron ante la fiscalía que lo acusó de unirse al Hezbollah de Bahrein, a pesar de que Mansoor nunca fue interrogado sobre su pertenencia al grupo. Tras su lectura de cargos, Mansoor fue trasladado al centro de detención de Dry Dock.
El 16 de abril de 2019, Mansoor fue declarado culpable de ser miembro del Hezbollah de Bahrein en un juicio masivo junto con otros 138 acusados, y fue condenado a siete años de prisión. Fue trasladado a la prisión de Jau después de que el tribunal dictara su sentencia. Mansoor también fue privado de su nacionalidad, que luego fue restaurada por una Orden Real el 21 de abril de 2019. Su veredicto fue confirmado en un recurso de apelación el 30 de junio de 2019.
El abogado de Mansoor presentó denuncias ante la Defensoría del Pueblo del Ministerio del Interior (MoI) y la Institución Nacional de Derechos Humanos (NIHR) por su tortura y posterior denegación de atención médica, pero ninguno de los mecanismos respondió.
El 5 de agosto de 2019, a Mansoor le internaron en el «edificio de aislamiento» debido a signos de reacción alérgica a algunos alimentos. Hacia finales de agosto, Mansoor fue trasladado a confinamiento solitario durante cuatro días, donde estuvo encadenado todo el tiempo y, finalmente, trasladado a una unidad de cuarentena. La prisión no trató su alergia y suspendió la medicación para su tumor. El 2 de septiembre de 2019, Mansoor fue trasladado de regreso a su celda y finalmente le dieron medicación.
Debido a sus condiciones médicas, la negligencia de su tratamiento puede provocar un grave deterioro de su salud.
La condena, el encarcelamiento, la denegación de atención médica y los malos tratos de Mansoor violan las obligaciones internacionales de derechos humanos de Bahrein. La obligación a permanecer de pie, la desnudez forzada y las palizas son todas violaciones de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT). Además, la negación de la atención médica viola el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que garantiza el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) pide a Bahrein que cumpla con sus obligaciones de derechos humanos anulando la sentencia contra Mansoor y, si se pueden imputar cargos penales graves contra él, lleve a cabo un juicio justo de conformidad con las normas judiciales universalmente acordadas. A la luz del trato que recibió Mansoor durante su detención, ADHRB insta a las autoridades a investigar las denuncias de tortura y malos tratos y a garantizar que se brinde atención médica adecuada a todos los presos.