Isa Jaafar AlAbd es un bahreiní de 24 años y antiguo empleado de la empresa K & K Food. Ha sido detenido en múltiples ocasiones, golpeado por las autoridades y se le ha negado la atención médica durante su detención. Isa padece una afección cardíaca desde su nacimiento y ha sido sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas, y su estado ha empeorado durante su detención. Actualmente está a la espera de juicio por sus últimos cargos y se encuentra detenido en el Centro de Detención del Dique Seco.
Isa fue detenido por primera vez el 3 de septiembre de 2016 durante una manifestación. Fue declarado culpable de cargos de reunión ilegal y condenado a un año de prisión. Quedó en libertad tras cumplir seis meses de su condena. Unos meses después de salir de la cárcel fue detenido de nuevo, sin orden judicial y sin que se le informara de los cargos que se le imputaban, el 14 de diciembre de 2018 en el aeropuerto internacional de Baréin, hacia el mediodía. Isa estaba a punto de salir de viaje antes de que se le programara una nueva operación de corazón.
En el aeropuerto, los funcionarios le dijeron a Isa que faltaban papeles en su pasaporte y le pidieron que fuera a la oficina para realizar algunos trámites. En la oficina, los funcionarios detuvieron a Isa, y agentes de paisano en un vehículo civil lo llevaron a la Dirección de Investigaciones Criminales (CID). Estuvo incomunicado hasta las 3:00 de la mañana, cuando los agentes le permitieron hacer una llamada telefónica. No se le permitió contactar con nadie durante la semana siguiente.
Mientras estaba en la CID, los agentes vendaron, esposaron y amenazaron a Isa durante el interrogatorio, desde la medianoche hasta al menos las 3:00 de la madrugada, burlándose de su enfermedad cardíaca e intentando forzar una confesión. Los agentes también le golpearon y amenazaron con ahorcarle o utilizar descargas eléctricas. Los agentes continuaron golpeándolo hasta que confirmaron que realmente había sido operado del corazón. Aunque Isa negó los cargos que se le imputaban, debido a las palizas y a las amenazas contra su vida firmó una confesión, aunque no está claro si esa confesión se utilizará una vez que comience el juicio. A Isa no se le permitió tener un abogado presente durante el interrogatorio.
A pesar de que los agentes tenían claro que Isa tenía una enfermedad cardíaca, no recibió atención médica durante los primeros seis meses de encarcelamiento. Finalmente fue llevado a un médico ante el deterioro de su salud el 16 de julio de 2019. Su última intervención quirúrgica antes de su detención fue el 30 de julio de 2018, pero la operación fracasó y su estado volvió a ser el mismo. Su cirugía de seguimiento no ha podido ser completada debido a su detención, y el estado de salud de Isa está actualmente siendo monitoreado en el Complejo Médico Salmaniya.
En los diez meses que lleva detenido, Isa ha sido acusado de colaborar en la publicación de panfletos políticos, de entregar dinero en lugares donde se celebran asambleas ilegales y de reunión ilegal, entre otros cargos desconocidos. El Ministerio Fiscal le renueva constantemente el periodo de detención por 15 o 30 días. Además, los hechos que se le imputan ocurrieron supuestamente a principios de 2017, pero Isa fue sometido a dos cateterismos cardíacos y a una operación a corazón abierto ese año, lo que le incapacitó. Estas pruebas han sido ignoradas por la Fiscalía.
El tratamiento de Isa por parte del Gobierno de Bahréin viola las obligaciones internacionales de Bahréin en materia de derechos humanos, incluida la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ICESCR). Los artículos 2 y 11 de la CAT prohíben la tortura y los malos tratos, que Isa sufrió en el CID, y exigen a los Estados Partes que prevengan la tortura y que investiguen y castiguen a sus autores. Además, si la confesión coaccionada de Isa se utiliza en el juicio, esto violaría el artículo 15 de la CAT. Por otra parte, el artículo 14 del PIDCP establece que todas las personas tienen derecho a un juicio justo, pero las autoridades bahreiníes no han permitido que Isa vea rápidamente a un juez y han prolongado su encarcelamiento, a pesar de que no hay pruebas de los cargos presentados contra él. Además, el artículo 12 del PIDESC garantiza el derecho a un alto nivel de salud física y a la prestación de servicios médicos y atención médica, que los funcionarios negaron a Isa durante seis meses.
Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) hace un llamamiento a Bahréin para que cumpla con sus obligaciones en materia de derechos humanos y ponga en libertad a Isa a la vista de su estado de salud y de la falta de pruebas en relación con los cargos. Además, pedimos a las autoridades bahreiníes que investiguen las acusaciones de malos tratos y tortura de Isa en el CID y en el Centro de Detención del Dique Seco, con el fin de que los autores rindan cuentas. También pedimos a las autoridades que garanticen una atención médica adecuada para todos los presos.
*Nota de la Redacción: Este post fue editado el 8 de octubre de 2019 para corregir errores menores.