Hasan Ali Fateel es un estudiante bahreiní de 20 años que fue detenido arbitrariamente tras su arresto sin orden judicial en 2018.Desde la detención de Hasan, los funcionarios bahreiníes lo han torturado, lo han hecho desaparecer durante más de un mes y lo han sometido a un juicio injusto. Hasan está actualmente encarcelado en el Nuevo Dique Seco, la sección de la prisión de Jau reservada a los reclusos menores de 21 años.
El 6 de febrero de 2018, agentes de la Dirección de Investigaciones Criminales (CID), del Ministerio del Interior (MoI), de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y agentes vestidos de civil allanaron el domicilio de Hasan mientras éste se encontraba fuera. Cuando Hasan llegó a su casa, los agentes lo detuvieron sin orden judicial, lo obligaron a entrar en un coche sin marcas y empezaron a golpearlo mientras se marchaban. La madre de Hasan preguntó después a la policía por qué habían detenido a Hasan y los agentes respondieron burlonamente que era porque fumaba, sin revelar el motivo real de su detención.
Hasan estuvo desaparecido durante más de un mes tras su detención. Los agentes sólo le permitieron llamar a sus padres una vez, varias noches después de su detención, para decirles que estaba bien antes de que los agentes cortaran bruscamente la llamada. Los agentes retuvieron a Hasan en el edificio del CID, donde lo torturaron para arrancarle una confesión, que luego se utilizó en el juicio contra él. A Hasan se le negó el acceso a su abogado mientras estaba detenido en el CID.
Los agentes habían informado previamente a Hasan de que sólo se le acusaba de unirse a un grupo terrorista llamado «Hezbolá bahreiní«. Sin embargo, cuando fue llevado ante la Fiscalía, se enteró por primera vez de que se le acusaba además de otros cinco o seis delitos, entre ellos el de suministrar financiación y proporcionar entrenamiento al grupo. Después de seis semanas, los agentes trasladaron a Hasan a Nuevo Dique, donde finalmente se le permitió comunicarse con sus padres y su abogado.
El 16 de abril de 2019, el Cuarto Tribunal Penal Superior condenó a Hasan a cadena perpetua, le revocó la ciudadanía bahreiní y le impuso una multa de 100.000 dinares bahreiníes. Más tarde, el 20 de abril de 2019, se le restituyó la ciudadanía por orden real. Su condena fue confirmada en apelación el 30 de junio de 2019.
El trato que el Gobierno de Bahréin da a Hasan vulnera las obligaciones internacionales de Bahréin en materia de derechos humanos, incluida la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR). Los artículos 2 y 11 de la CAT prohíben la tortura y los malos tratos y exigen a los Estados Partes que impidan la tortura y que investiguen y castiguen a sus autores. El uso de la confesión de Hasan, forzada mediante tortura, viola también el artículo 15 de la CAT, y contribuyó al carácter injusto de su juicio según el ICCPR. El artículo 14 del PIDCP establece que todas las personas tienen derecho a un juicio justo, pero las autoridades bahreiníes condenaron a Hasan en un juicio que violaba flagrantemente estas disposiciones.
Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) pide la liberación inmediata de Hasan Ali Fateel. También pedimos al gobierno de Bahréin que lleve a cabo una investigación sobre todas las denuncias de tortura y malos tratos y que haga rendir cuentas a todos los autores. Además, pedimos a las autoridades que proporcionen a Hasan una indemnización por su detención arbitraria y su sufrimiento.