Faten Ali Naser es una madre de cuatro hijos de 41 años y ama de casa de Bahrein. Fue liberada de la prisión de mujeres de Isa Town, donde estuvo detenida arbitrariamente durante dos años y medio.
El 9 de febrero de 2017, mientras Faten se encontraba en su casa familiar en la región de Barbar, en Bahrein, oficiales del Comando de las Fuerzas Especiales de Seguridad (SSFC), el Ministerio del Interior, el Organismo Nacional de Seguridad (NSA) y oficiales enmascarados vestidos de civil rodearon la casa por tierra y por aire. Los oficiales estaban armados y tenían cámaras de vídeo dirigidas a las personas de la casa. Los oficiales mencionaron que eran de la Dirección de Investigaciones Criminales (CID) y declararon que tenían una orden judicial, aunque no se presentó ninguna.
Los oficiales transportaron a Faten a la CID, donde Faten fue detenido bajo la sospecha de albergar a un fugitivo (su sobrino) y unirse a un grupo terrorista – este último cargo fue retirado en el juicio. Los oficiales la desaparecieron por la fuerza durante tres días a partir del 9 de febrero de 2017. Finalmente, el 12 de febrero de 2017 pudo comunicarse con su familia para informarles de su paradero.
En ese período en el CID, las autoridades interrogaron a Faten y amenazaron la vida de sus padres. Además de los múltiples insultos y comentarios degradantes dirigidos a ella en relación con sus creencias religiosas chiítas, los agentes también denegaron sus solicitudes de un abogado durante el interrogatorio.
Las autoridades finalmente transfirieron a Faten a la cárcel de mujeres de Isa Town el 12 de febrero de 2017 hasta su juicio el 12 de agosto de 2017. En el período previo a su juicio, las autoridades de la prisión le asignaron sus únicas llamadas breves y limitadas a su abogado asignado, lo que dio como resultado poco tiempo para preparar adecuadamente una defensa. Tuvo una reunión en persona con su abogado, pero los funcionarios permanecieron presentes y siguieron de cerca la reunión, impidiéndole hablar libremente con su abogado. El 31 de enero de 2018, Faten fue condenado a cinco años de prisión.
Después de la sentencia, fue transferida de nuevo a la prisión de mujeres de Isa Town. Durante su detención, Faten informó de un deterioro de su salud, ya que sufre de diabetes y de presión arterial irregular, que requieren un seguimiento cercano, chequeos y medicación.
El 28 de enero de 2019, su sentencia se redujo a tres años en la apelación. El 6 de mayo de 2019 el Tribunal de Casación confirmó la condena de tres años y el 8 de agosto de 2019 fue puesta en libertad con arreglo a la ley de condenas alternativas, tras haber cumplido más de la mitad de su condena. El resto de su condena se convirtió en trabajos manuales, pero la condena contra ella sigue en pie.
La organización Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) pide a Bahrein que cumpla sus obligaciones en materia de derechos humanos anulando la sentencia contra Faten y asegurando además que todo procedimiento judicial posterior se lleve a cabo de conformidad con las leyes y normas internacionales de derechos humanos. La falta de un juicio justo, como lo demuestra la ausencia de una orden judicial, y la denegación del acceso a un abogado indica numerosas violaciones de las normas internacionales de derechos humanos, incluido el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP). Pedimos al Gobierno de Bahrein que indemnice a Faten por la violación de sus derechos humanos y por su detención arbitraria. Pedimos al Gobierno de Bahrein que investigue las preocupaciones planteadas en relación con los juicios injustos y las tácticas de interrogatorio coercitivas -incluidas las amenazas y el uso de insultos discriminatorios-, garantizando una investigación que haga responsables a los oficiales responsables y asegure el derecho a un juicio justo a todos los acusados. Además, la administración penitenciaria debe garantizar una atención médica adecuada a todos los reclusos a su cargo, de conformidad con las obligaciones contraídas por Bahrein en virtud del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), y de acuerdo con las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos (o las Reglas de Nelson Mandela).
Nota del editor: este artículo se editó el 13 de agosto de 2019 para reflejar la liberación de Faten de la custodia el 9 de agosto de 2019.