Ali Habib Saleh es un ciudadano bahreiní de 25 años de edad que ha sido detenido arbitrariamente, torturado y al que el Gobierno bahreiní le ha negado atención médica.
El Gobierno de Bahrein ha utilizado el sistema judicial para acosar arbitrariamente a Ali, que ha sido detenido no una sino cuatro veces. Después de su primer arresto, fue juzgado en rebeldía por cargos relacionados con disturbios y fue absuelto. La segunda vez fue arrestado por golpear a un oficial de policía y sentenciado a 45 días de detención, pero fue liberado el segundo día. La tercera vez fue detenido por la policía de tráfico bajo la sospecha de haber quemado un coche de policía. Lo llevaron a la policía de Hamad Town, que lo torturó y luego lo liberó. En su cuarto arresto, el Gobierno reabrió el caso por el que había sido absuelto, y fue declarado culpable y condenado a tres años de prisión.
En su cuarto arresto, el 9 de marzo de 2017, las fuerzas de Bahrein, vestidas de civil, detuvieron a Ali en la casa de su padre sin una orden judicial. Tras su detención, los oficiales lo llevaron a la Dirección de Investigaciones Criminales, donde sometieron a Ali a diversos actos de tortura durante un período de cinco días. La policía lo sometió a palizas físicas, desnudos forzados, insultos verbales y descargas eléctricas. El 22 de octubre de 2017 fue declarado nuevamente culpable en rebeldía y condenado a siete años de prisión, aunque posteriormente su condena se redujo a cinco años. En combinación con su otra condena, es condenado a un total de ocho años.
Además de que el Gobierno lo condenó en juicios injustos y lo sometió a tortura, Bahrein tampoco le ha proporcionado la atención médica adecuada y necesaria durante su detención. Ali sufre de anemia falciforme, y su tratamiento ha sido descuidado por las autoridades penitenciarias a pesar de las reiteradas peticiones de su familia. El 5 de noviembre de 2017, su familia presentó una denuncia ante el Ombudsman del Ministerio del Interior de Bahrein en relación con el deterioro de la salud de Ali. Ese mismo mes, tras los esfuerzos de los activistas de la sociedad civil y el llamamiento de los padres a una ambulancia, fue trasladado a un hospital militar en estado de dolor. Su hueso pélvico se debilitó debido a la falta de tratamiento para su anemia drepanocítica, y requirió una transfusión de sangre. Después de 25 días en el hospital, fue llevado de vuelta a la prisión en contra de la opinión médica.
En diciembre de 2017, su familia recibió una llamada de un funcionario del Ombudsman del Ministerio del Interior, que prometió la intervención de un médico. Sin embargo, no se adoptó ninguna medida hasta el 3 de enero de 2018, tras otra solicitud de ambulancia de la familia, cuando fue trasladado de nuevo al hospital. A su regreso a la prisión, un oficial confiscó su medicación. El 14 de enero de 2018, su familia presentó otra denuncia al Ombudsman del Ministerio del Interior.
El Gobierno de Bahrein ha violado una serie de instrumentos internacionales en el maltrato de Ali, incluida la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Bahrein es parte en cada uno de estos tratados. La tortura está prohibida tanto por la Convención contra la Tortura como por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Artículo 7). Además, los múltiples arrestos y juicios en ausencia son contrarios al derecho a un juicio justo, y hacen que su detención sea arbitraria, en violación del Artículo 9 del PIDCP. Además, la privación deliberada del acceso a la medicina y del acceso a los médicos es una violación del derecho a la salud consagrado en el Artículo 12 del PIDCP.
La ADHRB pide a Bahrein que cumpla sus obligaciones internacionales, que libere inmediatamente a Ali y anule su condena, y que garantice una atención sanitaria adecuada a Ali y a todos los demás reclusos a su cargo.
CORRECCIÓN: Este post fue publicado originalmente el 19 de enero de 2018 y actualizado el 30 de enero de 2018. El post original contenía errores menores de hechos relacionados con los cargos en su contra, el lugar de la tortura, y algunas de sus condiciones médicas