27 de febrero de 2018 – El Ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, Adel al-Jubeir, pronunció hoy unas palabras en el 37º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra durante la serie de sesiones de alto nivel. En su discurso, al-Jubeir planteó que los esfuerzos de Arabia Saudí para luchar contra el terrorismo en todo el mundo son una de las mayores prioridades del reino. También se refirió a la guerra en Yemen y al desastre humanitario, achacando la crisis a las fuerzas houthis. Al-Jubeir se negó a hablar de los abusos cometidos por Arabia Saudita en Yemen o de las preocupaciones nacionales en materia de derechos humanos, incluida la detención de decenas de activistas de derechos humanos, académicos, intelectuales y disidentes pacíficos. Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) rechaza su caracterización errónea del historial de derechos humanos de Arabia Saudita y pide al Gobierno que ponga fin de inmediato a estos abusos en curso.
Durante su discurso, al-Jubeir declaró que la lucha contra el terrorismo -internacional, regional y nacional- es una prioridad para Arabia Saudita. Luego pasó a hablar de la guerra en Yemen, diciendo que la participación de la coalición liderada por Arabia Saudita en el conflicto sigue siendo parte de un esfuerzo para apoyar al Gobierno de Abd Rabbu Mansour Hadi. Culpó a las fuerzas houthis de la violencia y de la crisis humanitaria que la acompañaba. Al-Jubeir condenó a esas fuerzas por bloquear las aldeas e impedir las transferencias de alimentos y ayuda médica, al tiempo que se negó a reconocer que la coalición dirigida por los sauditas sigue bloqueando todo el país, obligando a millones de personas a pasar hambre. Desviando la parte de la culpa del reino por la crisis humanitaria, al-Jubeir declaró que Arabia Saudita había puesto en marcha un programa humanitario que ascendía a 10.000 millones de dólares en ayuda.
Mientras que todas las partes en el conflicto están implicadas en el empeoramiento de la violencia y la crisis humanitaria en Yemen, la coalición liderada por Arabia Saudita es responsable del bloqueo naval y aéreo que ha restringido la cantidad de alimentos, combustible y medicinas que pueden entrar en el país. La coalición también es responsable de la realización de miles de ataques aéreos contra objetivos en Yemen que incluyen no sólo instalaciones militares, sino también zonas civiles, con bombas que impactan en hospitales, campamentos de refugiados, escuelas, mercados y otras infraestructuras críticas, matando a cientos de no combatientes, incluidos niños.
La combinación del bloqueo y la campaña aérea ha devastado la infraestructura médica de Yemen, contribuyendo al brote de cólera y a los presuntos brotes de paludismo y difteria. En diciembre de 2017, Yemen tenía más de un millón de casos sospechosos de cólera, que causaron 2.237 muertes, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que los casos de paludismo aumentaron en 2016 a 433.000 de 336.000 en 2015. La OMS también ha observado un aumento de los casos de difteria, estimando que se cree que al menos 333 personas están infectadas desde un brote a mediados de agosto de 2017, causando 35 muertes. Según la OMS, debido a la «falta de confirmación por parte de los laboratorios», la situación se ha tratado «como un brote de presunta difteria basado en un diagnóstico clínico», lo que pone de relieve que sin instalaciones médicas adecuadas estos hallazgos no pueden confirmarse definitivamente como difteria.
En su discurso, al-Jubeir señaló que Arabia Saudita promovería y protegería los derechos humanos y colaboraría con los mecanismos internacionales de derechos humanos a todos los niveles. Sin embargo, en los últimos meses, las autoridades sauditas detuvieron a docenas de académicos, intelectuales, defensores de los derechos humanos, clérigos y disidentes pacíficos y los juzgaron por cargos de terrorismo espurio en virtud de su ley antiterrorista demasiado amplia. El 27 de febrero, el mismo día que al-Jubeir habló en Ginebra, el Tribunal Penal Especializado condenó al defensor de los derechos humanos Essam Koshak a cuatro años de prisión por su activismo pacífico en favor de los derechos humanos. Mientras al-Jubeir hablaba, Arabia Saudí estaba siendo objeto de examen por parte del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), donde la delegación del reino fue criticada por el uso continuado por parte de Arabia Saudí de la tutela masculina sobre las mujeres y por su incumplimiento de los compromisos contraídos con los órganos de tratados para apoyar y promover la igualdad de género.
Husain Abdulla, Director Ejecutivo de la ADHRB: «Incluso cuando Adel al-Jubeir pronunció sus observaciones en la Sala XX del Consejo de Derechos Humanos, la delegación de Arabia Saudita ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer fue objeto de duras críticas por el hecho de que el reino no pusiera fin a la discriminación por motivos de género, y un tribunal saudita condenó a un defensor de los derechos humanos a cuatro años de prisión por activismo pacífico. Es evidente que, a pesar de su repetida pertenencia al Consejo de Derechos Humanos, Arabia Saudita sólo mantiene un compromiso retórico con las normas internacionales de derechos humanos. Dado que el reino desacata sistemáticamente esta responsabilidad de defender los derechos humanos y de servir de ejemplo positivo en la escena internacional, la comunidad internacional debe demostrar que no tolerará discretamente que la Arabia Saudita siga violando los derechos básicos y las libertades fundamentales».
En su discurso, al-Jubeir pareció posicionar a la Arabia Saudita como un miembro destacado de la comunidad internacional de derechos humanos, sobre todo con su aguda retórica contra el terrorismo, su promesa de miles de millones de dólares en ayuda humanitaria a Yemen y el compromiso de su país de colaborar con los mecanismos internacionales de derechos humanos para promover y proteger los derechos humanos a todos los niveles. Sin embargo, ocurre lo contrario, ya que la Arabia Saudita sigue encarcelando a los disidentes bajo falsas acusaciones de terrorismo, visitando la devastadora violencia en Yemen y contraviniendo sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos. Por consiguiente, la ADHRB condena la engañosa declaración de al-Jubeir como un intento de eludir los abusos sistemáticos y generalizados de la Arabia Saudita en materia de derechos humanos.