VIOLACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS EN BAHREIN
En Bahréin, los derechos humanos son casi inexistentes y, diez años después de las protestas pacíficas a favor de la democracia, la situación no ha hecho más que empeorar. Para empezar, en 2017 Bahréin puso fin a su moratoria de facto de 7 años sobre la pena de muerte con la ejecución de tres hombres que fueron condenados a muerte tras un juicio injusto. La libertad de expresión en Bahréin está restringida por el código penal, la ley de prensa, la ley antiterrorista y la ley de ciberdelincuencia. Hay miles de presos de conciencia, y los miembros de la oposición política siguen encarcelados por su liderazgo en las protestas prodemocráticas de 2011. Además, esta situación es aún peor debido al gran brote de Covid-19 que ha estallado en la prisión de Jau. A finales de marzo, la situación en la prisión de Jau se había deteriorado considerablemente como consecuencia del abandono y la falta de atención médica.
Los trabajadores extranjeros en Bahréin (que representan el 75% de la mano de obra) se encuentran en el país bajo el sistema de Kafala, que subordina el estatus legal del trabajador en el país al patrocinio del empleador. Este sistema provoca dos situaciones: la primera es la deuda que los trabajadores tienen con las agencias de contratación en respuesta a la búsqueda de patrocinadores, y la segunda es la total dependencia de los trabajadores con respecto a los empleadores.
EL PAPEL DE ESPAÑA EN LA ASAMBLEA GENERAL Y EN EL CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS
En septiembre de 2020, durante la 75ª Sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, España incluyó la «protección de los derechos humanos y la dignidad humana» como uno de los principales objetivos estratégicos. En consecuencia, España se comprometió a «respaldar la labor de los defensores de los derechos humanos, promoviendo la abolición de la pena de muerte y el pleno ejercicio y disfrute de los derechos de las mujeres y las niñas en igualdad de condiciones».
La posición española en la Asamblea General demuestra que es un país comprometido con la defensa de los derechos humanos, y el país ha votado a favor de muchas resoluciones relativas a estos derechos. En primer lugar, ha apoyado la resolución sobre la moratoria del uso de la pena de muerte; sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad, reconociendo la importancia de la libertad de expresión; sobre la promoción de un orden internacional democrático y equitativo; sobre los derechos humanos y las medidas coercitivas unilaterales. Además, ha votado a favor de numerosas resoluciones relativas a la situación de los derechos humanos en diferentes países: República Árabe Siria, República Islámica de Irán, República Popular Democrática de Corea y de los musulmanes rohingya y otras minorías en Myanmar.
Además, a lo largo de los años, España ha contribuido a diferentes resoluciones a favor de la promoción de los derechos humanos en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Como Estado miembro del Consejo, en 2020 España estuvo entre los Estados redactores de la resolución sobre libertad de opinión y expresión. Asimismo, el país estuvo entre los estados miembros que redactaron la resolución sobre la promoción y protección de los derechos humanos en el contexto de las protestas pacíficas y también apoyó la resolución sobre «Desapariciones forzadas o involuntarias«. España fue uno de los redactores de la resolución sobre la “eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas» y de la resolución sobre «la trata de personas, especialmente de mujeres y niños«.
RELACIONES ECONÓMICAS Y DIPLOMÁTICAS CON BAHREIN
A pesar de las continuas violaciones de los derechos humanos por parte de Bahréin y del compromiso español de protegerlos, el país mantiene una estrecha relación económica y diplomática con el reino.
En primer lugar, se han firmado dos tipos de acuerdos para fomentar las relaciones económicas. En 2008, ambos países firmaron el APPRI, el Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones. Sin embargo, las relaciones económicas se caracterizan principalmente por los tratados MOU -memorándum de entendimiento-. El primero se firmó al mismo tiempo que el APPRI, en 2008, relativo a la cooperación económica, comercial y técnica, compartiendo los mismos temas del APPRI. Un segundo MOU fue aprobado en 2014 por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo español, siendo este último el tema principal y uno de los sectores más importantes de la economía en España. Además, recientemente, en el marco de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el Ministerio de Fomento español llegó a un acuerdo con el gobierno de Bahrein para abrir la industria de la aviación. Además, las inversiones del gobierno de Bahrein han apoyado importantes proyectos que han atraído a empresas españolas como la ampliación del aeropuerto de Bahrein, la ampliación de la refinería BAPCO, o la nueva central eléctrica de Bahrein Aluminium ALBA.
En segundo lugar, en cuanto a la venta de armas, España no fue uno de los principales países que entregaron armas a Bahréin, según un informe de Amnistía Internacional de 2011. Sin embargo, en 2012 las organizaciones no gubernamentales que forman parte de la campaña «Armas bajo control» denunciaron que durante el primer semestre de 2011 España siguió exportando armas y material de defensa y seguridad a países como Bahréin, Arabia Saudí y Egipto, sin tener en cuenta las posibles violaciones y abusos de los derechos humanos por parte de los gobiernos que en ese momento vivían un delicado cambio interno.
En tercer lugar, en 2019, la familia real bahreiní decidió tomar el control del Córdoba CF a través del fondo de inversión Infinity Capital. La familia real bahreiní es responsable de la represión y persecución arbitraria que desde la Primavera Árabe Bahreiní de 2011 se ha llevado a cabo en el Reino contra activistas, opositores al régimen y defensores de los derechos humanos que han ejercido su libertad de expresión para denunciar la tortura y exigir un sistema político transparente y representativo. El motivo principal de esta compra es por lo tanto mejorar la imagen del Reino a nivel internacional y desviar la atención de su terrible historial de violaciones de derechos humanos. Esta acción se denomina «blanqueo deportivo».
Por último, cabe mencionar la relación entre el rey emérito español, D. Juan Carlos I, y Hamad bin Isa bin Salman al Khalifa. Juan Carlos I visitó Bahréin en numerosas ocasiones. Cabe destacar su visita en 2011, en medio de las protestas árabes que tuvieron lugar entre 2010 y 2012, conocidas como la Primavera Árabe, un periodo de manifestaciones prodemocráticas que provocaron una gran represión por parte de las autoridades bahreiníes.
CONCLUSIÓN: LA HIPOCRESÍA ESPAÑOLA EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS
En definitiva, una vez explicada la preocupante situación de los derechos humanos en Bahréin, es evidente que el gobierno español debería replantearse sus estrechas relaciones con el reino. Teniendo en cuenta todas las recomendaciones que España ha apoyado en el Consejo de Derechos Humanos y en la Asamblea General, el país no debería tolerar violaciones tan graves.
En consecuencia, España debería, con todos los instrumentos diplomáticos a su alcance, instar a Bahrein a: establecer de nuevo una moratoria de la pena de muerte; eliminar el sistema de kafala; garantizar la libertad de expresión; e instar al Gobierno de Bahrein a liberar incondicionalmente a todos los presos políticos y a proporcionar la asistencia médica y el material de protección necesarios ante la pandemia del COVID-19.