Sayed Saeed Isa es el padre de Sayed Hashem, que murió el 31 de diciembre de 2011 durante los enfrentamientos que estallaron entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad de Bahrein durante una protesta pacífica en la ciudad de Sitra. Desde entonces, Sayed ha sido blanco del personal de seguridad por su participación en las manifestaciones y por haber hablado públicamente de la muerte de su hijo.
Sayed Saeed era empleado de la empresa Batelco en Bahrein antes de su primera detención en 2013, cuando fue arrestado y acusado de reunión ilegal, disturbios y posesión de cócteles molotov, de los que fue absuelto. El 12 de octubre de 2018, fue detenido de nuevo por las fuerzas en traje de civil -posteriormente identificado como oficial de la comisaría de policía de AlBudaiya- en Karranah, acusado de reunión ilegal. Fue detenido junto con otras 10 personas antes de una marcha de protesta por las próximas elecciones parlamentarias previstas para el 24 de noviembre de 2018. Sin embargo, Sayed sostiene que no participó en la marcha, pero que en ese momento estaba en un mercado público situado en Karranah.
Después de su arresto fue trasladado a la comisaría de policía de AlBudaiya durante unas dos horas y fue interrogado sin la presencia de un abogado. Fue transferido a la estación de la rotonda 17 en Hamad Town y detenido durante dos días. El 14 de octubre de 2018, Sayed Saeed fue llevado a la Oficina de la Fiscalía (OPP), donde fue interrogado de nuevo sin la presencia de su abogado. La investigación duró sólo 10 minutos y el fiscal ordenó que fuera detenido en el Centro de Detención del Dique Seco durante 15 días en espera de la investigación; durante la detención, los agentes lo interrogaron además de forma amenazadora. Su detención se prolongó otros 15 días hasta el 15 de noviembre de 2018, cuando fue puesto en libertad bajo fianza.
En el Dique Seco, Sayed solicitó varias veces a las autoridades que permitieran que lo examinara un médico y que lo dejaran ir a la clínica a ponerse inyecciones de insulina para su diabetes. Finalmente, las autoridades aceptaron estas solicitudes y fue escoltado por un oficial mientras era encadenado una vez al día a la clínica. Sin embargo, aunque Sayed recibió sus inyecciones de insulina, el oficial no se apartó de su lado y permaneció encadenado durante el proceso. Las autoridades del dique seco tampoco le proporcionaron el tratamiento necesario para otras dolencias, como la hipertensión, la gota y una afección de la glándula tiroidea, y tampoco le permitieron acceder a los medicamentos que reducen los niveles de grasa de los triglicéridos. Las autoridades sólo le proporcionaron esporádicamente la medicación que le habían recetado, alegando que no tenían la medicación prescrita en el dispensario o que se les había agotado.
El 15 de noviembre de 2018, Sayed Saeed fue llevado al Alto Tribunal Civil sin que se le informara previamente de que tenía una sesión judicial. Durante la sesión del tribunal, Sayed Saeed negó las pruebas presentadas contra él, que eran una foto que supuestamente lo mostraba presente en la marcha. El juez ordenó su liberación bajo fianza. Tuvo una audiencia en su caso ayer, 19 de diciembre de 2018. En su próxima audiencia, cuya fecha se desconoce, se espera su veredicto.
Los juicios injustos de Bahrein contra Sayed Saeed violaron sus derechos humanos fundamentales y las obligaciones internacionales y nacionales de Bahrein en materia de derechos humanos. En este caso, como en otros, el Gobierno de Bahrein no cumplió sus obligaciones en virtud de los tratados internacionales en los que es parte, incluidos el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Además, las autoridades penitenciarias de Bahrein no proporcionaron a Sayed el tratamiento médico necesario y no cumplieron las condiciones estándar de detención de las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos (Reglas de Mandela). A la luz de estos antecedentes, Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain (ADHRB) pide que se repare a Sayed Saeed por los sufrimientos del pasado y, si se pueden sostener cargos penales graves contra él, que se le someta a un juicio justo realizado con arreglo a normas jurídicas universalmente acordadas y abierto a la supervisión y evaluación internacionales.