Mahmood Saeed Abdullah era un estudiante de 18 años en su primer año de universidad cuando fue arrestado en su casa de Nabih Saleh, Bahrein; el 3 de noviembre de 2015. Mahmood era uno de los 115 ciudadanos bahreiníes condenados por el Cuarto Tribunal Penal Superior de Bahrein el 15 de mayo de 2018, por su presunta participación en una célula terrorista, denominada «Brigadas Zulfiqar». En esa fecha, Mahmood fue condenado a cadena perpetua y expatriado. La organización Americans for Democracy and Human Rights in Bahrain (ADHRB) presentó una denuncia a través del Programa de Denuncias de las Naciones Unidas en relación con los veinte condenados de este caso en concreto. Mahmood fue sometido a graves torturas y malos tratos durante su arresto, investigación y encarcelamiento. Actualmente reside en el Centro de Detención de Dry Dock para menores de 21 años.
Hombres enmascarados vestidos de civiles, junto con hombres vestidos de negro y personal militar irrumpieron en su casa y lo asaltaron sin una orden judicial. También había coches de comandos negros esperando fuera de su casa. Estos hombres llegaron a la casa de Mahmood, la registraron , la destrozaron y se llevaron muchas de sus pertenencias y aparatos electrónicos. Tras esto, llevaron a la madre de Mahmood a una habitación y la policía femenina la registró.
Mahmood fue objeto de una desaparición forzada que duró casi un mes; desde la fecha de su detención el 3 de noviembre de 2015 hasta el 30 de noviembre de 2015, cuando Mahmood le dijo a su familia que estaba en el Centro de Detención en Dry Dock. Durante esos días, la familia de Mahmood no supo nada sobre el paradero de su hijo, y cuando fueron a preguntar por él, se les denegó la entrada y no recibieron ninguna información. Finalmente, Mahmood pudo volver a ver a su familia el 5 de diciembre de 2015. Después de ser arrestado, Mahmood fue llevado a la Dirección de Investigación Criminal donde fue de nuevo severamente torturado y abusado. También fue llevado a las instalaciones de investigación del edificio 15 de la prisión de Jau, conocido como «el lugar de la tortura». Mahmood tuvo que soportar torturas físicas y psicológicas; fue sometido a fuertes palizas, a descargas eléctricas, a insultos, vejaciones y fue privado de alimentos y bebidas. Se le presionó para que confesara cuando los oficiales pusieron a una mujer, representada como su madre, tras unas barreras. Además, durante dicho período de interrogatorio, Mahmood fue trasladado al depósito de armas, sin su conocimiento (ya que tenía los ojos vendados permanentemente), para luego ser acusado por los oficiales de poseer y transferir armas. Las torturas tuvieron lugar principalmente en la Dirección de Investigación Criminal (CID) y en el edificio 15 de la Prisión de Jau, por parte de los oficiales de la CID y de , según Mahmood, la Agencia de Seguridad Nacional, ya que iban vestidos de negro. Ahora reside en el departamento de condenados de la prisión New Dry Dock para menores de 21 años.
Aunque todavía era menor de edad, el 15 de mayo de 2018 Mahmood, entre otros 115 bahreiníes, fue declarado culpable por su participación en el caso de las «Brigadas Zulfiqar» y condenado a cadena perpetua, despojado de su nacionalidad y multado con una suma que ascendía a casi 483.000 BHD. Durante su detención preventiva, a Mahmood se le negó el derecho a contactar con su abogado. Durante el proceso del juicio, la fiscalía y el tribunal no le permitieron hablar. La fiscalía llegó incluso a amenazar la seguridad de sus padres, especialmente la de su madre. Además, a Mahmood no se le permitió asistir a todas las sesiones de la Corte – asistiendo sólo a dos o tres sesiones.
Fue acusado de: 1) Detonar una bomba en la zona de Muharraq, 2) Colocar explosivos falsos en un lugar público, 3) Obtener, confiscar y utilizar artefactos explosivos sin permiso, 4) Dañar de forma intencionada la propiedad del Ministerio de Trabajo con fines terroristas, y 5) Destruir y dañar propiedades privadas con fines terroristas. La sentencia de Mahmood fue confirmada en el tribunal de apelación el 28 de enero de 2019, en un juicio masivo por el caso de las «Brigadas Zulfiqar».6) unirse a una célula terrorista con la esperanza de derrocar al Gobierno de Bahrein. Tras esto, el caso fue llevado ante el Tribunal de Casación y finalemente la sentencia fue efectiva el 1 de julio de 2019, fecha en la cual se restituyó la nacionalidad de Mahmood, de conformidad con un indulto real expedido en abril de 2019 para 551 personas que fueron despojadas arbitrariamente de su ciudadanía por los tribunales de Bahrein.
Mahmood fue finalmente transferido al departamento de condenados del Centro de Detención del Dry Dock para menores de 21 años, donde fue encarcelado. Debido a la tortura a la que fue sometido durante el interrogatorio, Mahmood sufrió varias lesiones, incluyendo dolor de oídos y hemorragias nasales, por las que no recibió ningún tipo de tratamiento.
La familia de Mahmood presentó varias quejas a la Oficina del Defensor del Pueblo del Ministerio del Interior, en diciembre de 2015 y en abril de 2017, sobre el paradero de su hijo, los malos tratos que recibió y las torturas. La familia solo recibió una llamada acerca de la primera queja, el resto fueron ignoradas.
En diciembre de 2018, Mahmood fue trasladado a un módulo de aislamiento en la prisión del Nuevo Dry Dock, hasta agosto de 2019, aproximadamente nueve mes después. Mahmood y sus reclusos en solitario fueron privados de salir al exterior, excepto 15 minutos mientras estaban esposados. Mahmood sufrió múltiples daños y lesiones durante su detención, como el hecho de que los oficiales revisaran sus cosas personales y confiscasen algunas de ellas sin razón. Según su familia, Mahmood fue torturado por odio, rencor y para ser obligado a confesar cosas que no hizo. También fue discriminado por sus creencias religiosas “sectarias” (la secta chiíta). Tanto a él como a otros reclusos se les impidió realizar cualquier práctica o ritual religioso, así como leer libros de contenido religioso y se les castigaba si lo hacían. Fue puesto en aislamiento varias veces y permaneció allí durante largos períodos de tiempo.
Según el Grupo de Trabajo sobre el Desarrollo Sostenible, en su opinión publicada sobre el caso de las «Brigadas Zulfiqar», la privación de libertad de Ahmed, y otros con casos similares, contraviene los artículos 6, 8, 9, 10 y 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y los artículos 2 3), 9, 14 y 16 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. El caso de Mahmood viola varios tratados internacionales de derechos humanos, así como la propia Constitución de Bahrein. Los artículos 19 b) y d) sobre la libertad personal y el artículo 20 sobre los juicios penales de la Constitución de Bahrein son un ejemplo de las violaciones que cometió dicho Gobierno. La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT), la Convención para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas (CED), y la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC), también han sido violados en el caso de Mahmood.
La organización Americans for Democracy and Human Rights in Bahrain (ADHRB) insta al Gobierno de Bahrein a que asuma su responsabilidad de promover y proteger los derechos humanos en el país. La ADHRB pide al gobierno que investigue las denuncias de tortura y que haga responsables a los autores de estos actos. Pedimos que se preserve un juicio justo para los acusados y que se proporcione la atención médica necesaria a los prisioneros heridos.